jueves, 1 de abril de 2010

Primero, te quiero, igual.


LOS IMANES

Origen

Ya en la época de la Grecia clásica se descubrieron las propiedades magnéticas de la llamada piedra imán o magnetita, llamada así por encontrarse los yacimientos más importantes en la región griega de Magnesia, en Tesalia. Siglos más tarde, su uso en la navegación en forma de brújula, propició un paso importante en la historia de la humanidad al desarrollar el comercio marítimo y el descubrimiento de nuevas tierras. Pero ¿por qué la magnetita posee tales propiedades? ¿Qué es lo que hace que atraiga a otros metales?

Relación con la Electricidad

A principios del siglo XIX ya se conocían muchos fenómenos eléctricos y magnéticos, pero fue en 1820 cuando el científico danés Oersted descubrió la relación de la electricidad con el magnetismo. Su experimento consistió en hacer pasar una corriente eléctrica por un circuito muy próximo a una brújula. Lo que observó fue que al pasar la corriente eléctrica, la aguja de la brújula se desviaba de su posición de equilibrio, cesando dicha desviación al desconectar el circuito. Años más tarde, en 1831, el científico inglés Faraday observó el fenómeno contrario: que un campo magnético (aquello que es producido por un imán) que varía con el tiempo es capaz de generar una corriente eléctrica. Estos dos hechos propiciaron un rápido desarrollo de la teoría electromagnética, culminando en 1873 con el establecimiento por parte de Maxwell de las ecuaciones que llevan su nombre y que describen el comportamiento de los campos eléctrico y magnético así como su interacción mutua.

El Interior

. La experiencia cotidiana nos muestra que un imán posee dos polos, llamados positivo y negativo. Asimismo, sabemos que si acercamos el polo positivo de un imán al polo negativo de otro, ambos van a atraerse, ocurriendo lo contrario si acercamos dos polos de igual signo. Actualmente se conoce el mecanismo por el cual el imán tiene sus propiedades. El "motor magnético" de su interior no son más que pequeñas microcorrientes eléctricas circulares, llamadas espiras, cuyo efecto global es producir una corriente superficial sobre el imán. Como hemos visto antes, esta corriente eléctrica va a generar un campo magnético, que es el responsable en definitiva de las propiedades atractivas (y repulsivas) de los imanes.


Dos Polos Inseparables

Quizás la característica más importante de los imanes es que no podemos separar nunca su polo positivo y su polo negativo, esto es, no podremos encontrar un monopolo magnético, a pesar de los esfuerzos realizados durante años por diversos equipos de investigadores. La razón para esto la tenemos en uno de los resultados teóricos a los que llegó Maxwell y que se expresa en una de sus famosas ecuaciones para el campo electromagnético: las líneas del campo magnético son cerradas. Esto quiere decir que las imaginarias líneas que emergen del polo positivo de un imán no acaban en cualquier parte del espacio, sino en el polo negativo, tal y como muestra el dibujo. Esto se puede comprobar experimentalmente de una manera muy sencilla. Si colocamos un imán bajo un papel y esparcimos cuidadosamente sobre dicho papel limaduras de hierro, veremos que éstas se distribuirán sobre el papel en líneas cerradas que van del polo positivo al negativo. Esta experiencia nos va a mostrar también que la mayoría de las limaduras se van a concentrar en las proximidades de los polos, ya que allí será donde la fuerza magnética sea mayor.


Electroimanes

Así como tenemos imanes que encontramos en la naturaleza en forma de magnetita, podemos fabricar imanes artificialmente: son los llamados electroimanes. Su funcionamiento se basa en la obtención del magnetismo a partir de la electricidad. Podemos fabricar un electroimán casero enrollando un hilo de cobre pelado alrededor de un clavo largo de hierro. El hilo de cobre se conecta a una pequeña batería (una pila de 4,5 voltios sirve perfectamente para nuestros propósitos), de manera que al circular la corriente a través de él las propiedades ferromagnéticas del hierro harán que se genere un campo magnético que será tanto más intenso cuanto mayor sea el arrollamiento del hilo de cobre alrededor del clavo. En la industria los electroimanes encuentran muchas aplicaciones, debido fundamentalmente a que podemos conseguir una potencia bastante elevada.




Para vos, Reina.

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