Las Estrellas
Supernova 1987 A.
La supernova es un evento poco común. En cada galaxia se suelen dar una explosión cada 200 años. En estas explosiones, la mayor parte de la masa de la estrella original se lanza a grandes velocidades. Durante algunos días, la supernova radía la misma energía que durante toda su vida, llegando a brillar más que el conjunto de estrellas que residen en su galaxia. Con el paso de los años, el remanente de la supernova se esparcirá, creando una nebulosa.
Las explosiones que señalan el final de una estrella masiva se denominan supernovas de tipo II. Existe otro caso, las de tipo I, que involucra la acción en un sistema de dos estrellas que se orbitan y cuya detonación es más brillante. Una de estas estrellas debe ser una enana blanca. Cuando el par está lo suficientemente cerca, la enana blanca comienza a robarle a su compañera. El problema es que cuando la enana blanca llega a tener 1,4 masas solares, muere de indigestión en un gran estallido.
Las supernovas que suceden en nuestra propia galaxia son todo un espectáculo, ya que llegan a ser visibles a simple vista con un brillo tal que pueden verse de día. Desgraciadamente, y como ya se ha comentado, es un fenómeno inusual. Entre las supernovas más famosas se encuentran la del año 1054 d.C, registrada por los chinos. Johannes Kepler, contemporáneo y colega de Galileo, registró una de estas supernovas cercanas en el año 1604 antes de la invención del telescopio. Desde entonces no hemos visto ninguna en la Vía Láctea, pero en 1987, una estrella apareció en los cielos australes siendo visible también a simple vista. Se trataba de la supernova SN 1987 A (A, por ser la primera del año) y estaba situada en la Pequeña Nube de Magallanes, una de las galaxias satélite de la Vía Láctea.
Zona de formación estelar
El nacimiento y evolución de las estrellas depende de su masa. Se forman a partir de una nebulosa que se compone de partículas de polvo e hidrógeno gas. La gravedad une este material en glóbulos, cuyos centros se calientan hasta que el hidrógeno comienza a convertirse en helio por reacciones nucleares.
Después de decenas de millones de años, la estrella central, con más masa, empieza a agotar su combustible nuclear y explota como una supernova, dejando tras ella un púlsar. Después de unos diez mil millones de años. Una estrella con menos masa, comienza también a llegar al final de su vida. Este núcleo se desploma, formando una nebulosa planetaria.
Formación de estrellas
Esta nebulosa llena de color, denominada NGC 604, es uno de los mayores y mejores ejemplos de nacimiento estelar en una galaxia cercana. La nebulosa NGC 604 es semejante a otras regiones de formación de estrellas en la Vía Láctea que nos resultan familiares, como la nebulosa de Orión, pero en este caso nos hallamos ante una enorme extensión que contiene más de 200 brillantes estrellas azules inmersas en una resplandeciente nube gaseosa que ocupa 1.300 años-luz de espacio, unas cien veces el tamaño de la Nebulosa de Orión, la cual aloja exactamente cuatro estrellas brillantes centrales. Las luminosas estrellas de NGC 604 son extremadamente jóvenes, ya que se han formado hace tres millones de años.
La mayor parte de las estrellas calientes y masivas componen un amplio cúmulo en el interior de una cavidad cercana al centro de la nebulosa. Los vientos de las estrellas azules, así como las explosiones de supernovas, son los agentes de tal erosión. Las más pesadas estrellas en NGC 604 superan en 120 veces la masa de nuestro Sol, y su temperatura superficial alcanza unos 40.000º K. Un torrente de radiación ultravioleta fluye desde estos lugares, lo que hace brillar el gas nebular circundante.
La nebulosa NGC 604 está en un brazo espiral de la cercana galaxia M33, a 2.7 millones de años-luz hacia la constelación del Triángulo. M33 forma parte del Grupo Local de galaxias, que también incluye a la Vía Láctea y la Galaxia de Andrómeda; como ésta, puede ser observada a través de unos binoculares. Fue registrada por primera vez en 1.784 por el astrónomo inglés William Herschel. En nuestro Grupo Local, sólo la Nebulosa de la Tarántula en la Gran Nube de Magallanes excede a NGC 604 en el número de estrellas recientes, a pesar de su tamaño ligeramente inferior.
Supergigante roja
El Telescopio Espacial Hubble ha obtenido estas imágenes del expansivo halo de luz que rodea a la estrella V838 Monocerotis, una supergigante roja bastante insólita. Se encuentra a unos 20.000 años-luz, hacia la constelación de Monoceros (el Unicornio). En plena explosión llegó a superar en 600.000 veces la luminosidad de nuestro Sol. De hecho, se transformó en una de las estrellas más brillantes de toda la Vía Láctea, hasta que su brillo decayó de nuevo.
El denominado "eco de luz" de una nube de polvo en torno a la estrella ha revelado notables estructuras desde que la estrella incrementó su brillo súbitamente a comienzos del 2.002 durante varias semanas. El Hubble vigiló la evolución del eco a través de varias fotos que muestran los remolinos causados por la turbulencia en el polvo y gas cercanos a la estrella. Este material habría sido eyectado en alguna explosión previa, hace algunas decenas de miles de años. El polvo circundante permaneció invisible hasta que la brillante explosión de la estrella central lo iluminó.
Restos de una Supernova
Estos delicados filamentos son residuos de una explosión estelar ocurrida en la Gran Nube de Magallanes, una pequeña galaxia visible en el cielo austral, situada a 160.000 años-luz de distancia, que acompaña a la Vía Láctea. Proceden de la muerte de una estrella masiva en una explosión de supernova, cuya fenomenal luz alcanzaría la Tierra hace varios miles de años. Este material filamentario será finalmente reciclado para la construcción de nuevas generaciones estelares en la Gran Nube de Magallanes. Nuestro propio Sol y planetas están constituídos de residuos similares de supernovas que explotaron en nuestra galaxia hace miles de millones de años.
Esta estructura alberga una estrella de neutrones muy potente que puede ser el resto central de la explosión. Resulta muy común para el núcleo de una estrella que explota como supernova, disfrutar de una nueva vida en forma de estrella de neutrones giratoria, o púlsar, tras despojarse de sus capas externas. En el caso de N49, no sólo nos hallamos ante una simple estrella de neutrones que gira cada 8 segundos: tambien posee un robusto campo magnético mil billones de veces más potente que el campo magnético terrestre. Esta notable característica coloca a esta estrella en la clase exclusiva de objetos denominados "magnetars".
Dibujo Gigante Roja
Una gigante roja alcanza su mayor tamaño cuando todo su hidrógeno central se ha convertido en helio. En esta época se expande hasta el punto de devorar los planetas que pudiera haber a su alrededor, si tenia un sistema planetario.
Esto es lo que le sucederá a nuestro Sol, cuando se convierta en gigante roja y se trague, al menos, los cuatro primeros planetas, incluida la Tierra.
Supernova 1987 A.
La supernova es un evento poco común. En cada galaxia se suelen dar una explosión cada 200 años. En estas explosiones, la mayor parte de la masa de la estrella original se lanza a grandes velocidades. Durante algunos días, la supernova radía la misma energía que durante toda su vida, llegando a brillar más que el conjunto de estrellas que residen en su galaxia. Con el paso de los años, el remanente de la supernova se esparcirá, creando una nebulosa.
Las explosiones que señalan el final de una estrella masiva se denominan supernovas de tipo II. Existe otro caso, las de tipo I, que involucra la acción en un sistema de dos estrellas que se orbitan y cuya detonación es más brillante. Una de estas estrellas debe ser una enana blanca. Cuando el par está lo suficientemente cerca, la enana blanca comienza a robarle a su compañera. El problema es que cuando la enana blanca llega a tener 1,4 masas solares, muere de indigestión en un gran estallido.
Las supernovas que suceden en nuestra propia galaxia son todo un espectáculo, ya que llegan a ser visibles a simple vista con un brillo tal que pueden verse de día. Desgraciadamente, y como ya se ha comentado, es un fenómeno inusual. Entre las supernovas más famosas se encuentran la del año 1054 d.C, registrada por los chinos. Johannes Kepler, contemporáneo y colega de Galileo, registró una de estas supernovas cercanas en el año 1604 antes de la invención del telescopio. Desde entonces no hemos visto ninguna en la Vía Láctea, pero en 1987, una estrella apareció en los cielos australes siendo visible también a simple vista. Se trataba de la supernova SN 1987 A (A, por ser la primera del año) y estaba situada en la Pequeña Nube de Magallanes, una de las galaxias satélite de la Vía Láctea.
Zona de formación estelar
El nacimiento y evolución de las estrellas depende de su masa. Se forman a partir de una nebulosa que se compone de partículas de polvo e hidrógeno gas. La gravedad une este material en glóbulos, cuyos centros se calientan hasta que el hidrógeno comienza a convertirse en helio por reacciones nucleares.
Después de decenas de millones de años, la estrella central, con más masa, empieza a agotar su combustible nuclear y explota como una supernova, dejando tras ella un púlsar. Después de unos diez mil millones de años. Una estrella con menos masa, comienza también a llegar al final de su vida. Este núcleo se desploma, formando una nebulosa planetaria.
Formación de estrellas
Esta nebulosa llena de color, denominada NGC 604, es uno de los mayores y mejores ejemplos de nacimiento estelar en una galaxia cercana. La nebulosa NGC 604 es semejante a otras regiones de formación de estrellas en la Vía Láctea que nos resultan familiares, como la nebulosa de Orión, pero en este caso nos hallamos ante una enorme extensión que contiene más de 200 brillantes estrellas azules inmersas en una resplandeciente nube gaseosa que ocupa 1.300 años-luz de espacio, unas cien veces el tamaño de la Nebulosa de Orión, la cual aloja exactamente cuatro estrellas brillantes centrales. Las luminosas estrellas de NGC 604 son extremadamente jóvenes, ya que se han formado hace tres millones de años.
La mayor parte de las estrellas calientes y masivas componen un amplio cúmulo en el interior de una cavidad cercana al centro de la nebulosa. Los vientos de las estrellas azules, así como las explosiones de supernovas, son los agentes de tal erosión. Las más pesadas estrellas en NGC 604 superan en 120 veces la masa de nuestro Sol, y su temperatura superficial alcanza unos 40.000º K. Un torrente de radiación ultravioleta fluye desde estos lugares, lo que hace brillar el gas nebular circundante.
La nebulosa NGC 604 está en un brazo espiral de la cercana galaxia M33, a 2.7 millones de años-luz hacia la constelación del Triángulo. M33 forma parte del Grupo Local de galaxias, que también incluye a la Vía Láctea y la Galaxia de Andrómeda; como ésta, puede ser observada a través de unos binoculares. Fue registrada por primera vez en 1.784 por el astrónomo inglés William Herschel. En nuestro Grupo Local, sólo la Nebulosa de la Tarántula en la Gran Nube de Magallanes excede a NGC 604 en el número de estrellas recientes, a pesar de su tamaño ligeramente inferior.
Supergigante roja
El Telescopio Espacial Hubble ha obtenido estas imágenes del expansivo halo de luz que rodea a la estrella V838 Monocerotis, una supergigante roja bastante insólita. Se encuentra a unos 20.000 años-luz, hacia la constelación de Monoceros (el Unicornio). En plena explosión llegó a superar en 600.000 veces la luminosidad de nuestro Sol. De hecho, se transformó en una de las estrellas más brillantes de toda la Vía Láctea, hasta que su brillo decayó de nuevo.
El denominado "eco de luz" de una nube de polvo en torno a la estrella ha revelado notables estructuras desde que la estrella incrementó su brillo súbitamente a comienzos del 2.002 durante varias semanas. El Hubble vigiló la evolución del eco a través de varias fotos que muestran los remolinos causados por la turbulencia en el polvo y gas cercanos a la estrella. Este material habría sido eyectado en alguna explosión previa, hace algunas decenas de miles de años. El polvo circundante permaneció invisible hasta que la brillante explosión de la estrella central lo iluminó.
Restos de una Supernova
Estos delicados filamentos son residuos de una explosión estelar ocurrida en la Gran Nube de Magallanes, una pequeña galaxia visible en el cielo austral, situada a 160.000 años-luz de distancia, que acompaña a la Vía Láctea. Proceden de la muerte de una estrella masiva en una explosión de supernova, cuya fenomenal luz alcanzaría la Tierra hace varios miles de años. Este material filamentario será finalmente reciclado para la construcción de nuevas generaciones estelares en la Gran Nube de Magallanes. Nuestro propio Sol y planetas están constituídos de residuos similares de supernovas que explotaron en nuestra galaxia hace miles de millones de años.
Esta estructura alberga una estrella de neutrones muy potente que puede ser el resto central de la explosión. Resulta muy común para el núcleo de una estrella que explota como supernova, disfrutar de una nueva vida en forma de estrella de neutrones giratoria, o púlsar, tras despojarse de sus capas externas. En el caso de N49, no sólo nos hallamos ante una simple estrella de neutrones que gira cada 8 segundos: tambien posee un robusto campo magnético mil billones de veces más potente que el campo magnético terrestre. Esta notable característica coloca a esta estrella en la clase exclusiva de objetos denominados "magnetars".
Dibujo Gigante Roja
Una gigante roja alcanza su mayor tamaño cuando todo su hidrógeno central se ha convertido en helio. En esta época se expande hasta el punto de devorar los planetas que pudiera haber a su alrededor, si tenia un sistema planetario.
Esto es lo que le sucederá a nuestro Sol, cuando se convierta en gigante roja y se trague, al menos, los cuatro primeros planetas, incluida la Tierra.
Resto de supernova
La supernova es un evento poco común. En cada galaxia se suelen dar una explosión cada 200 años. En estas explosiones, la mayor parte de la masa de la estrella original se lanza a grandes velocidades.
Durante algunos días, la supernova radía la misma energía que durante toda su vida, llegando a brillar más que el conjunto de estrellas que residen en su galaxia. Con el paso de los años, el remanente de la supernova se esparcirá, creando una nebulosa.
La foto del Telescopio Espacial Hubble muestra los restos de la supernova M1 (NGC 1952).
Tamaño de Betelgeuse
Betelgeuse es una estrella brillante que señala el lado derecho de la constelación Orión. También conocida como Alpha Orionis, Betelgeuse es una estrella rojiza, una de las más brillantes del cielo nocturno. Está a unos 300 años luz de la Tierra.
El diámetro de Betelgeuse varía de los 419 a los 580 millones de kilómetros, lo que la convierte en una de las estrellas más grandes que se pueden observar. Si Betelgeuse estuviera situada en el centro de nuestro Sistema Solar, su radio incluiría las órbitas de Mercurio, Venus y la Tierra.
Estrella joven en Orión
El telescopio Hubble continua revelando llamativos e intrincados tesoros en las cercanías; en este caso, una intensa región de formarción de estrellas conocida como la Gran Nebulosa de Orion. Esta joya es un lazo chocante alrededor de luna estrella muy joven, LL Orion, mostrada en esta foto.
Esta estructura en forma de arco es en realidad una onda de choque de medio año-luz de tamaño, creada cuándo el viento estrelar procedente de la estrella joven LL Orionis colisiona con el caudal procedente de la Nebulosa de Orion. A la deriva, dentro de la cuna estrellar de Orion, y todavía en su fase de formación, la estrella variable LL Orionis genera un viento más energético que el viento de nuestro propio Sol, una estrella de mediana edad. Como que el rápido viento estrellar choca con el gas que se mueve lentamente, se forma un frente de choque análogo a la ola que crea la proa de un barco desplazándose a través del agua o de un avión viajando a velocidad supersónica.
A unos 1.500 años-luz de distancia, dentro de nuestro brazo espiral en la Vía Láctea, la Nebulosa de Orión está en el centro de la región de la Espada de la constelación de Orión el Cazador, que domina el cielo nocturno a inicios del invierno, en las latitudes Norte.
Protoplanetas
Una gran cantidad de estrellas no son solitarias, sino que pertenecen a sistemas formados por dos o más estrellas, en los que puede resultar difícil la formación de planetas debido a la inexistencia de órbitas estables: los protoplanetas se verían arrastrados en una y otra dirección por las influencias gravitatorias de las diferentes estrellas. En estos sistemas es probable que lo único que se forme sean pedazos de escombros cósmicos como los que existen en nuestro cinturón de asteroides.
El proceso de formación de planetas es muy eficiente. Inicialmente, las colisiones entre los planetésimos ocurren a baja velocidad, así que colisionan objetos que tienden a fusionarse y crecer. A una distancia Tierra-Sol típica, un objeto de 1 km tarda sólo unos 1000 años en crecer hasta 100 km. Otros 10.000 años producen protoplanetas de casi 1000 km de diámetro, los cuales crecen en 10.000 años más hasta protoplanetas de casi 2000 km de diámetro. Así, objetos del tamaño de la Luna pueden formarse en tan poco tiempo como 20.000 años.
A medida que los protoplanetas se hacen más grandes y masivos, su gravedad crece. Cuando algunos objetos alcanzan un tamaño de unos 1000 km, empiezan a atraer al resto de objetos más pequeños. La gravedad atrae a los acúmulos de roca del tamaño de asteroides, a velocidades cada vez más altas. Van tan rápido que cuando colisionan, no se fusionan sino que se pulverizan. Mientras los protoplanetas más grandes continúan creciendo, el resto se convierten mutuamente en polvo.
Cúmulo NGC 6397
El núcleo del cúmulo globular NGC 6397 parece un cofre repleto de relucientes joyas. Está situado a 8.200 años-luz hacia la constelación austral del Ara, y se encuentra entre los más cercanos al Sistema Solar. Las estrellas se encuentran aquí muy juntas, con un espacio entre ellas de unas semanas-luz, mientras que nos separan cuatro años-luz de la estrella más cercana al Sol, Alfa Centauri. La densidad estelar supera en este lugar un millón de veces las proximidades de nuestro sistema.
Enana blanca
Como si fuera una mariposa, esta estrella enana blanca comienza su vida envolviéndose en un capullo. Sin embargo, en esta analogía, la estrella sería más bien la oruga y el capullo de gas expulsado la etapa verdaderamente llamativa y hermosa.
La nebulosa planetaria NGC 2440 contiene una de las enanas blancas conocidas más calientes. La enana blanca se ve como un punto brillante cerca del centro de la fotografía. Eventualmente, nuestro Sol se convertirá en una "mariposa enana blanca", pero no en los próximos 5 mil millones de años.
Las estrellas conocidas como "enanas blancas" pueden tener diámetros de sólo una centésima del Sol. Son muy densas a pesar de su pequeño tamaño.
La supernova es un evento poco común. En cada galaxia se suelen dar una explosión cada 200 años. En estas explosiones, la mayor parte de la masa de la estrella original se lanza a grandes velocidades.
Durante algunos días, la supernova radía la misma energía que durante toda su vida, llegando a brillar más que el conjunto de estrellas que residen en su galaxia. Con el paso de los años, el remanente de la supernova se esparcirá, creando una nebulosa.
La foto del Telescopio Espacial Hubble muestra los restos de la supernova M1 (NGC 1952).
Tamaño de Betelgeuse
Betelgeuse es una estrella brillante que señala el lado derecho de la constelación Orión. También conocida como Alpha Orionis, Betelgeuse es una estrella rojiza, una de las más brillantes del cielo nocturno. Está a unos 300 años luz de la Tierra.
El diámetro de Betelgeuse varía de los 419 a los 580 millones de kilómetros, lo que la convierte en una de las estrellas más grandes que se pueden observar. Si Betelgeuse estuviera situada en el centro de nuestro Sistema Solar, su radio incluiría las órbitas de Mercurio, Venus y la Tierra.
Estrella joven en Orión
El telescopio Hubble continua revelando llamativos e intrincados tesoros en las cercanías; en este caso, una intensa región de formarción de estrellas conocida como la Gran Nebulosa de Orion. Esta joya es un lazo chocante alrededor de luna estrella muy joven, LL Orion, mostrada en esta foto.
Esta estructura en forma de arco es en realidad una onda de choque de medio año-luz de tamaño, creada cuándo el viento estrelar procedente de la estrella joven LL Orionis colisiona con el caudal procedente de la Nebulosa de Orion. A la deriva, dentro de la cuna estrellar de Orion, y todavía en su fase de formación, la estrella variable LL Orionis genera un viento más energético que el viento de nuestro propio Sol, una estrella de mediana edad. Como que el rápido viento estrellar choca con el gas que se mueve lentamente, se forma un frente de choque análogo a la ola que crea la proa de un barco desplazándose a través del agua o de un avión viajando a velocidad supersónica.
A unos 1.500 años-luz de distancia, dentro de nuestro brazo espiral en la Vía Láctea, la Nebulosa de Orión está en el centro de la región de la Espada de la constelación de Orión el Cazador, que domina el cielo nocturno a inicios del invierno, en las latitudes Norte.
Protoplanetas
Una gran cantidad de estrellas no son solitarias, sino que pertenecen a sistemas formados por dos o más estrellas, en los que puede resultar difícil la formación de planetas debido a la inexistencia de órbitas estables: los protoplanetas se verían arrastrados en una y otra dirección por las influencias gravitatorias de las diferentes estrellas. En estos sistemas es probable que lo único que se forme sean pedazos de escombros cósmicos como los que existen en nuestro cinturón de asteroides.
El proceso de formación de planetas es muy eficiente. Inicialmente, las colisiones entre los planetésimos ocurren a baja velocidad, así que colisionan objetos que tienden a fusionarse y crecer. A una distancia Tierra-Sol típica, un objeto de 1 km tarda sólo unos 1000 años en crecer hasta 100 km. Otros 10.000 años producen protoplanetas de casi 1000 km de diámetro, los cuales crecen en 10.000 años más hasta protoplanetas de casi 2000 km de diámetro. Así, objetos del tamaño de la Luna pueden formarse en tan poco tiempo como 20.000 años.
A medida que los protoplanetas se hacen más grandes y masivos, su gravedad crece. Cuando algunos objetos alcanzan un tamaño de unos 1000 km, empiezan a atraer al resto de objetos más pequeños. La gravedad atrae a los acúmulos de roca del tamaño de asteroides, a velocidades cada vez más altas. Van tan rápido que cuando colisionan, no se fusionan sino que se pulverizan. Mientras los protoplanetas más grandes continúan creciendo, el resto se convierten mutuamente en polvo.
Cúmulo NGC 6397
El núcleo del cúmulo globular NGC 6397 parece un cofre repleto de relucientes joyas. Está situado a 8.200 años-luz hacia la constelación austral del Ara, y se encuentra entre los más cercanos al Sistema Solar. Las estrellas se encuentran aquí muy juntas, con un espacio entre ellas de unas semanas-luz, mientras que nos separan cuatro años-luz de la estrella más cercana al Sol, Alfa Centauri. La densidad estelar supera en este lugar un millón de veces las proximidades de nuestro sistema.
Enana blanca
Como si fuera una mariposa, esta estrella enana blanca comienza su vida envolviéndose en un capullo. Sin embargo, en esta analogía, la estrella sería más bien la oruga y el capullo de gas expulsado la etapa verdaderamente llamativa y hermosa.
La nebulosa planetaria NGC 2440 contiene una de las enanas blancas conocidas más calientes. La enana blanca se ve como un punto brillante cerca del centro de la fotografía. Eventualmente, nuestro Sol se convertirá en una "mariposa enana blanca", pero no en los próximos 5 mil millones de años.
Las estrellas conocidas como "enanas blancas" pueden tener diámetros de sólo una centésima del Sol. Son muy densas a pesar de su pequeño tamaño.
dijo:La segunda galería va dedicada a las fotos de nebulosas. Una nebulosa es una masa de materia cósmica celeste, difusa y luminosa, que tiene aspecto de nube. Las fotos de nebulosas de la Vía Láctea que aquí presentamos se han realizado recogiendo información visible y otros tipos de radiaciones. El tratamiento informático las convierte en fotos espectaculares.
Nebulosas de nuestra galaxia
Nebulosa Esquimal.
La Nebulosa Esquimal NGC 2392, también llamada "huevo podrido", se encuentra en la constelación de Geminis, a unos 5000 años luz de la Tierra. La imagen se obtuvo el 10 de enero del 2000, después de la reparación efectuada por los astronautas en el telescopio espacial Hubble. En la foto, el nitrógeno se ve de color rojo, el hidrógeno verde, el oxígeno azul y el helio violeta.
La NGC 2392 es una nebulosa planetaria. En realidad, las nebulosas llamadas planetarias poco tienen que ver con los planetas. Hoy en día se denomina nebulosa planetaria a burbujas de gases expulsados por estrellas de tipo solar moribundas.
Esta nebulosa planetaria fue estudiada por vez primera por William Herschel en 1787. Según parece, durante la fase de gigante roja, la estrella central originó un anillo ecuatorial denso que se expande a unos 115.000 km/h. Más tarde, al hacer explosión la estrella central (hace 10.000 años), se produjo un viento estelar de alta velocidad (1,5 millones de km/h) que, al chocar con el anillo, dió lugar a las dos burbujas o lóbulos polares en rápida expansión que aquí se observan parcialmente superpuestos. La capucha de piel del esquimal es en realidad un conjunto de objetos con forma de cometa dispuestos radialmente. El diámetro de los lóbulos polares es aproximadamente de medio año luz.
Nebulosa del Caballo
La nebulosa Cabeza de Caballo o Barnard 33 (B33), es una nube de gas fría y oscura, que resalta contra una brillosa nube de gas denominada IC 434. Está situada a unos 1000 años-luz de la Tierra, al sur del extremo izquierdo del Cinturón de Orión.
La zona brillante en su extremo superior izquierdo es una estrella joven todavía envuelta en gas y polvo. Las radiaciones de esta estrella joven junto a la de otra masiva fuera del cuadro del Hubble dan forma a la nebulosa. La forma atípica de Cabeza de Caballo fue descubierta por primera vez en una placa fotográfica a fines del siglo XIX.
Las nebulosas obscuras son nubes de gas y polvo frío que no emiten luz visible, aunque sí emiten radiación a otras frecuencias, principalmente a frecuencias de radio. Cerca de Zeta Orionis también se observan nebulosas de emisión que son nubes con menos polvo, pero calentadas a temperaturas cercanas a los 10,000 grados por las estrellas cercanas.
Nebulosa Planetaria.
A esta belleza la llaman "Anillo del Sur". Se encuentra a sólo 2000 años luz de la Tierra y tiene un diámetro de casi medio año luz . Los gases se alejan de la estrella central (la más débil de la pareja) a una velocidad de 15 km por segundo. Se trata de una estrella más pequeña que nuestro sol, pero muy caliente. Su intensa radiación ultravioleta produce la fluorescencia de los gases de la nebulosa.
Los distintos colores representan temperaturas: azul más caliente y rojo más fría. También se distinguen algunas estructuras filamentosas: se trata de nubes de polvo ricas en carbono. Nuestro Sol podría expulsar una nebulosa planetaria similar a esta dentro de unos 6.000 millones de años.
A las nebulosas planetarias se les llama así porque muchas de ellas se parecen a los planetas cuando son observadas a través de un telescopio, aunque de hecho son capas de material de las que se desprendió una estrella evolucionada de masa media durante su última etapa de evolución de gigante roja, antes de convertirse en enana blanca. La nebulosa del Anillo, en la constelación de Lira, es una planetaria típica que tiene un periodo de rotación de 132.900 años y una masa de unas 14 veces la masa del Sol.
Nebulosa Reloj de Arena.
MyCn18 o Nebulosa Reloj de Arena. Se encuentra a 8.000 años luz de distancia. Antes de obtener esta fotografía, MyCn18 se veía formada por dos anillos grandes y uno más pequeño, con un aspecto muy parecido al de la supernova 1987A. Los diferentes componentes de esta estructura en forma de reloj de arena no están alineados. Por fuerza, este descentramiento, que también se ha observado en el núcleo de algunas galaxias, alrededor de lo que podría ser un agujero negro, ha de tener alguna explicación, desconocida por el momento.
La estrella central de esta nebulosa planetaria con forma de reloj de arena se está muriendo. Con su combustible nuclear agotado, esta breve y espectacular fase final en la vida de una estrella tipo Sol ocurre cuando sus capas externas son expulsadas. Su núcleo se convierte en una fría y desvaneciente enana blanca.
En 1995, Los astronómos utilizaron el Telescopio Espacial Hubble (HST) para tomar una serie de imágenes de nebulosas planetarias, incluida esta. La nitidez sin precedentes de las imágenes del Hubble revelan detalles del proceso de expulsión de la nebulosa y puede ayudar a resolver el misterio sobre la variedad de complejas formas y simetrías de las nebulosas planetarias.
Nebulosa Stingray
El Telescopio Espacial Hubble muestra a la nebulosa planetaria más joven que se haya imaginado. Hace sólo 20 años, el gas que rodea la moribunda estrella central todavía no estaba lo suficientemente caliente como para brillar. Conocida como la Nebulosa Stingray (Henize 1357), la esfera de gas incandescente se encuentra a unos 18,000 años luz en la constelación de Ara en el hemisferio sur celeste. La nebulosa es unas 130 veces más grande que nuestro Sistema Solar, pero es de sólo un décimo del tamaño de otras nebulosas planetarias conocidas.
El Hubble ha sido el primer telescopio en proveer una imagen de cerca de esta pequeña nube de gas. Entre la compleja estructura que incluye un anillo y burbujas de gas, la imagen revela que la estrella central es binaria. Recientemente, los astrónomos han sugerido que la presencia de una compañera es la clave en la creación de las diversas formas de las nebulosas planetarias.
Nebulosa de la Hélice
Un abrumador relieve en el firmamento: la Nebulosa de la Hélice. Situada a una distancia de 650 años-luz, el tamaño angular de la Nebulosa de la Hélice corresponde a un gran anillo de casi tres años-luz de diámetro: aproximadamente tres cuartas partes de la distancia entre el Sol y su estrella más cercana. Se encuentra entre las nebulosas planetarias más cercanas a la Tierra, abarcando un fragmento de cielo en Aquarius equivalente a media Luna Llena. Las imágenes muestran una impresionante red de radios filamentosos embebidos en una encendido anillo gaseoso rojo (hidrógeno y nitrógeno) y azul (oxígeno).
La Nebulosa del Huevo
Nuestra galaxia, la Via Láctea, proporciona espectáculos sorprendentes. La Nebulosa del Huevo ofrece a los astrónomos una inolvidable perspectiva del caparazón de polvo que empaña la visión de una veterana estrella. Estas negras conchas alcanzan una distancia de una décima parte de una año-luz desde la estrella central, configurando una estructura a modo de capas de cebolla que forma anillos concéntricos. Rayos luminosos gemelos radían desde la estrella oculta e iluminan el polvo de aparente brea, como un ondulado estanque iluminado por luces subacuáticas.
La estrella central en CRL2688 fue una gigante roja hace varios cientos de años y ha iniciado un lento ocaso, como ocurre en todas las estrellas de tipo solar. La nebulosa es realmente una enorma nube de polvo y gas, eyectada por la estrella a una velocidad de 20 Km/s. Un grueso cinturón de polvo vertical bloquea la luz estelar; la luz se filtra fácilmente en aquellos puntos donde esta cubierta es más delgada, y es reflejada por las partículas de polvo hacia nosotros.
La nebulosa Henize 3-1475
La nebulosa Henize 3-1475 está hacia la constelación de Sagitario a unos 18.000 años-luz. Su estrella central supera en 12.000 veces la luminosidad solar, y pesa entre 3 y 5 veces más. Con una velocidad de 4 millones de kilómetros por hora, sus jets son los más veloces nunca descubiertos. Resultan intrigantes también las estructuras en embudo que conectan los cúmulos de material más internos con la región nuclear. Los astrónomos la llaman "nebulosa Manguera de Jardín".
Los jets son extensos flujos de gas que se desplazan velozmente, hallados cerca de muchos objetos del Universo, tales como estrellas jóvenes, nebulosas planetarias, o surgiendo desde agujeros negros y estrellas de neutrones. Su origen resulta incierto, pero parecen emanar desde pequeñas regiones donde ni siquiera el Hubble puede penetrar.
El material no fluye suavemente, sino a a intervalos de unos 100 años, creando aglomeraciones de gas que se alejan a altísimas velocidades. Se desconoce la razón de este flujo intermitente, aunque podría deberse a algún ciclo magnético de la estrella central (similar al ciclo solar de 22 años) o a la interacción con una estrella compañera.
La Nebulosa Carina
La Nebulosa Eta Carina (o Gran Nebulosa Carina) es una enorme nebulosa difusa, mucho más grande que la famosa Nebulosa de Orión. En la foto, nubes frías y calientes en la nebulosa Carina.
Quilla o Carina, es una constelación del hemisferio sur situada entre las de la Vela, la Popa, el Pez Volador y el Camaleón. Junto con las dos primeras formaba la antigua constelación de Argos. La Vía Láctea atraviesa esta constelación, cuya estrella principal, Alpha Carinae o Canopus, es la más brillante del cielo después de Sirio.
También destaca en esta constelación la estrella Eta Carinae, una estrella variable que fue observada por Edmund Halley en 1677, cuando tenía magnitud 4. Hacia 1843 se hizo tan brillante como Canopus, pero desde 1900 su magnitud varía entre 6 y 8.
Alrededor de esta estrella se encuentra una nebulosa de dos grados de ancho y muy fácil de observar, incluso con prismáticos. La constelación también contiene varios cúmulos abiertos de estrellas, algunos de ellos bastante brillantes.
Nebulosa del Lápiz
Los restos de una estrella que explotó hace miles de años crean una imagen abstracta en nuestra galaxia, tal como se ve en la foto obtenida por el Telescopio Espacial Hubble de la Nebulosa del Lápiz. Conocida como NGC 2736, la Nebulosa del Lápiz es parte del remanente de la supernova de Vela, descubierta por Sir John Herschel en 1840 y cuya forma lineal le ha dado ese nombre popular. La forma de la nebulosa sugiere que es parte de un frente de choque de una supernova que se encontró con una región de gas denso, lo que ha producido que la nebulosa brille.
En la imagen se aprecian grandes estructuras filamentosas, pequeños "nudos" brillantes y parches de gas difuso. La región capturada en esta imagen tiene 3/4 partes de un año luz de largo. El remanente de la supernova de Vela tiene unos 114 años luz de longitud máxima y se halla a 815 años luz del Sistema Solar.
La explosión de una supernova dejó un pulsar en el núcleo de la región de Vela. Basándose en la tasa con la que este objeto está frenando su rotación, los astrónomos creen que la explosión podría haber sucedido hace 11.000 años. La estrella que murió como supernova podría haber sido 250 veces más brillante que Venus y resultaría visible para los observadores del hemisferio Sur en pleno día.
La Nebulosa del Cisne
Esta perfecta tormenta de gas en la turbulenta Nebulosa del Cisne, M17, se encuentra en Sagitario, a 5.500 años-luz de la Tierra. Se trata de un burbujeante océano de hidrógeno candente con trazas de otros elementos, como oxígeno y azufre. Denominada también Nebulosa Omega, actúa como semillero de nuevos astros.
El torrente de radiación ultravioleta emitido por estrellas masivas esculpe e ilumina diseños ondulados en el gas. Estas estrellas de reciente formación están situadas fuera del campo de la imagen, arriba a la izquierda. El brillo de estas ondulaciones realza la estructura tridimensional del objeto. La radiación ultravioleta excava y calienta las superficies de las frías nubes de hidrógeno, que brillan así en rojo y naranja.
El intenso calor y presión generan un flujo de material desde estas superficies, creando una cortina verdosa de gas encendido que enmascara la estructura de fondo. La presión en los extremos de las ondas puede desencadenar una nueva formación estelar en su interior. Los colores representan los diversos gases, rojo para el azufre, verde el hidrógeno y azul para el oxígeno.
El Pequeño Fantasma
El Telescopio Espacial Hubble ha obtenido imágenes de la nebulosa planetaria NGC 6369, conocida también como Nebulosa del Pequeño Fantasma debido a la apariencia espectral de la pequeña nube que rodea a la débil y agonizante estrella central. NGC 6369 está situada a una distancia entre 2.000 y 5.000 años-luz de la Tierra.
Cuando una estrella de masa similar a la del Sol se aproxima al final de sus días, se expande notablemente: nace una gigante roja. Esta etapa de gigante roja termina cuando la estrella expele sus capas exteriores hacia el espacio originando una débil nebulosa resplandeciente. Los astrónomos denominaron en principio nebulosa planetaria a este tipo de objetos debido a que por su forma recordaba a un planeta, tal como aparece visto a través de un pequeño telescopio. El núcleo estelar remanente inunda de luz ultravioleta el gas circundante.
Nuestro Sol podrá expulsar una nebulosa semejante, pero no antes de 5.000 millones de años. El gas se expandirá desde la estrella, y se disipadrá por el espacio interestelar después de unos 10.000 años. Después de esto, el rescoldo del Sol se enfriará paulatinamente durante miles de millones de años hasta transformarse en una diminuta enana blanca.
Nebulosa Esquimal.
La Nebulosa Esquimal NGC 2392, también llamada "huevo podrido", se encuentra en la constelación de Geminis, a unos 5000 años luz de la Tierra. La imagen se obtuvo el 10 de enero del 2000, después de la reparación efectuada por los astronautas en el telescopio espacial Hubble. En la foto, el nitrógeno se ve de color rojo, el hidrógeno verde, el oxígeno azul y el helio violeta.
La NGC 2392 es una nebulosa planetaria. En realidad, las nebulosas llamadas planetarias poco tienen que ver con los planetas. Hoy en día se denomina nebulosa planetaria a burbujas de gases expulsados por estrellas de tipo solar moribundas.
Esta nebulosa planetaria fue estudiada por vez primera por William Herschel en 1787. Según parece, durante la fase de gigante roja, la estrella central originó un anillo ecuatorial denso que se expande a unos 115.000 km/h. Más tarde, al hacer explosión la estrella central (hace 10.000 años), se produjo un viento estelar de alta velocidad (1,5 millones de km/h) que, al chocar con el anillo, dió lugar a las dos burbujas o lóbulos polares en rápida expansión que aquí se observan parcialmente superpuestos. La capucha de piel del esquimal es en realidad un conjunto de objetos con forma de cometa dispuestos radialmente. El diámetro de los lóbulos polares es aproximadamente de medio año luz.
Nebulosa del Caballo
La nebulosa Cabeza de Caballo o Barnard 33 (B33), es una nube de gas fría y oscura, que resalta contra una brillosa nube de gas denominada IC 434. Está situada a unos 1000 años-luz de la Tierra, al sur del extremo izquierdo del Cinturón de Orión.
La zona brillante en su extremo superior izquierdo es una estrella joven todavía envuelta en gas y polvo. Las radiaciones de esta estrella joven junto a la de otra masiva fuera del cuadro del Hubble dan forma a la nebulosa. La forma atípica de Cabeza de Caballo fue descubierta por primera vez en una placa fotográfica a fines del siglo XIX.
Las nebulosas obscuras son nubes de gas y polvo frío que no emiten luz visible, aunque sí emiten radiación a otras frecuencias, principalmente a frecuencias de radio. Cerca de Zeta Orionis también se observan nebulosas de emisión que son nubes con menos polvo, pero calentadas a temperaturas cercanas a los 10,000 grados por las estrellas cercanas.
Nebulosa Planetaria.
A esta belleza la llaman "Anillo del Sur". Se encuentra a sólo 2000 años luz de la Tierra y tiene un diámetro de casi medio año luz . Los gases se alejan de la estrella central (la más débil de la pareja) a una velocidad de 15 km por segundo. Se trata de una estrella más pequeña que nuestro sol, pero muy caliente. Su intensa radiación ultravioleta produce la fluorescencia de los gases de la nebulosa.
Los distintos colores representan temperaturas: azul más caliente y rojo más fría. También se distinguen algunas estructuras filamentosas: se trata de nubes de polvo ricas en carbono. Nuestro Sol podría expulsar una nebulosa planetaria similar a esta dentro de unos 6.000 millones de años.
A las nebulosas planetarias se les llama así porque muchas de ellas se parecen a los planetas cuando son observadas a través de un telescopio, aunque de hecho son capas de material de las que se desprendió una estrella evolucionada de masa media durante su última etapa de evolución de gigante roja, antes de convertirse en enana blanca. La nebulosa del Anillo, en la constelación de Lira, es una planetaria típica que tiene un periodo de rotación de 132.900 años y una masa de unas 14 veces la masa del Sol.
Nebulosa Reloj de Arena.
MyCn18 o Nebulosa Reloj de Arena. Se encuentra a 8.000 años luz de distancia. Antes de obtener esta fotografía, MyCn18 se veía formada por dos anillos grandes y uno más pequeño, con un aspecto muy parecido al de la supernova 1987A. Los diferentes componentes de esta estructura en forma de reloj de arena no están alineados. Por fuerza, este descentramiento, que también se ha observado en el núcleo de algunas galaxias, alrededor de lo que podría ser un agujero negro, ha de tener alguna explicación, desconocida por el momento.
La estrella central de esta nebulosa planetaria con forma de reloj de arena se está muriendo. Con su combustible nuclear agotado, esta breve y espectacular fase final en la vida de una estrella tipo Sol ocurre cuando sus capas externas son expulsadas. Su núcleo se convierte en una fría y desvaneciente enana blanca.
En 1995, Los astronómos utilizaron el Telescopio Espacial Hubble (HST) para tomar una serie de imágenes de nebulosas planetarias, incluida esta. La nitidez sin precedentes de las imágenes del Hubble revelan detalles del proceso de expulsión de la nebulosa y puede ayudar a resolver el misterio sobre la variedad de complejas formas y simetrías de las nebulosas planetarias.
Nebulosa Stingray
El Telescopio Espacial Hubble muestra a la nebulosa planetaria más joven que se haya imaginado. Hace sólo 20 años, el gas que rodea la moribunda estrella central todavía no estaba lo suficientemente caliente como para brillar. Conocida como la Nebulosa Stingray (Henize 1357), la esfera de gas incandescente se encuentra a unos 18,000 años luz en la constelación de Ara en el hemisferio sur celeste. La nebulosa es unas 130 veces más grande que nuestro Sistema Solar, pero es de sólo un décimo del tamaño de otras nebulosas planetarias conocidas.
El Hubble ha sido el primer telescopio en proveer una imagen de cerca de esta pequeña nube de gas. Entre la compleja estructura que incluye un anillo y burbujas de gas, la imagen revela que la estrella central es binaria. Recientemente, los astrónomos han sugerido que la presencia de una compañera es la clave en la creación de las diversas formas de las nebulosas planetarias.
Nebulosa de la Hélice
Un abrumador relieve en el firmamento: la Nebulosa de la Hélice. Situada a una distancia de 650 años-luz, el tamaño angular de la Nebulosa de la Hélice corresponde a un gran anillo de casi tres años-luz de diámetro: aproximadamente tres cuartas partes de la distancia entre el Sol y su estrella más cercana. Se encuentra entre las nebulosas planetarias más cercanas a la Tierra, abarcando un fragmento de cielo en Aquarius equivalente a media Luna Llena. Las imágenes muestran una impresionante red de radios filamentosos embebidos en una encendido anillo gaseoso rojo (hidrógeno y nitrógeno) y azul (oxígeno).
La Nebulosa del Huevo
Nuestra galaxia, la Via Láctea, proporciona espectáculos sorprendentes. La Nebulosa del Huevo ofrece a los astrónomos una inolvidable perspectiva del caparazón de polvo que empaña la visión de una veterana estrella. Estas negras conchas alcanzan una distancia de una décima parte de una año-luz desde la estrella central, configurando una estructura a modo de capas de cebolla que forma anillos concéntricos. Rayos luminosos gemelos radían desde la estrella oculta e iluminan el polvo de aparente brea, como un ondulado estanque iluminado por luces subacuáticas.
La estrella central en CRL2688 fue una gigante roja hace varios cientos de años y ha iniciado un lento ocaso, como ocurre en todas las estrellas de tipo solar. La nebulosa es realmente una enorma nube de polvo y gas, eyectada por la estrella a una velocidad de 20 Km/s. Un grueso cinturón de polvo vertical bloquea la luz estelar; la luz se filtra fácilmente en aquellos puntos donde esta cubierta es más delgada, y es reflejada por las partículas de polvo hacia nosotros.
La nebulosa Henize 3-1475
La nebulosa Henize 3-1475 está hacia la constelación de Sagitario a unos 18.000 años-luz. Su estrella central supera en 12.000 veces la luminosidad solar, y pesa entre 3 y 5 veces más. Con una velocidad de 4 millones de kilómetros por hora, sus jets son los más veloces nunca descubiertos. Resultan intrigantes también las estructuras en embudo que conectan los cúmulos de material más internos con la región nuclear. Los astrónomos la llaman "nebulosa Manguera de Jardín".
Los jets son extensos flujos de gas que se desplazan velozmente, hallados cerca de muchos objetos del Universo, tales como estrellas jóvenes, nebulosas planetarias, o surgiendo desde agujeros negros y estrellas de neutrones. Su origen resulta incierto, pero parecen emanar desde pequeñas regiones donde ni siquiera el Hubble puede penetrar.
El material no fluye suavemente, sino a a intervalos de unos 100 años, creando aglomeraciones de gas que se alejan a altísimas velocidades. Se desconoce la razón de este flujo intermitente, aunque podría deberse a algún ciclo magnético de la estrella central (similar al ciclo solar de 22 años) o a la interacción con una estrella compañera.
La Nebulosa Carina
La Nebulosa Eta Carina (o Gran Nebulosa Carina) es una enorme nebulosa difusa, mucho más grande que la famosa Nebulosa de Orión. En la foto, nubes frías y calientes en la nebulosa Carina.
Quilla o Carina, es una constelación del hemisferio sur situada entre las de la Vela, la Popa, el Pez Volador y el Camaleón. Junto con las dos primeras formaba la antigua constelación de Argos. La Vía Láctea atraviesa esta constelación, cuya estrella principal, Alpha Carinae o Canopus, es la más brillante del cielo después de Sirio.
También destaca en esta constelación la estrella Eta Carinae, una estrella variable que fue observada por Edmund Halley en 1677, cuando tenía magnitud 4. Hacia 1843 se hizo tan brillante como Canopus, pero desde 1900 su magnitud varía entre 6 y 8.
Alrededor de esta estrella se encuentra una nebulosa de dos grados de ancho y muy fácil de observar, incluso con prismáticos. La constelación también contiene varios cúmulos abiertos de estrellas, algunos de ellos bastante brillantes.
Nebulosa del Lápiz
Los restos de una estrella que explotó hace miles de años crean una imagen abstracta en nuestra galaxia, tal como se ve en la foto obtenida por el Telescopio Espacial Hubble de la Nebulosa del Lápiz. Conocida como NGC 2736, la Nebulosa del Lápiz es parte del remanente de la supernova de Vela, descubierta por Sir John Herschel en 1840 y cuya forma lineal le ha dado ese nombre popular. La forma de la nebulosa sugiere que es parte de un frente de choque de una supernova que se encontró con una región de gas denso, lo que ha producido que la nebulosa brille.
En la imagen se aprecian grandes estructuras filamentosas, pequeños "nudos" brillantes y parches de gas difuso. La región capturada en esta imagen tiene 3/4 partes de un año luz de largo. El remanente de la supernova de Vela tiene unos 114 años luz de longitud máxima y se halla a 815 años luz del Sistema Solar.
La explosión de una supernova dejó un pulsar en el núcleo de la región de Vela. Basándose en la tasa con la que este objeto está frenando su rotación, los astrónomos creen que la explosión podría haber sucedido hace 11.000 años. La estrella que murió como supernova podría haber sido 250 veces más brillante que Venus y resultaría visible para los observadores del hemisferio Sur en pleno día.
La Nebulosa del Cisne
Esta perfecta tormenta de gas en la turbulenta Nebulosa del Cisne, M17, se encuentra en Sagitario, a 5.500 años-luz de la Tierra. Se trata de un burbujeante océano de hidrógeno candente con trazas de otros elementos, como oxígeno y azufre. Denominada también Nebulosa Omega, actúa como semillero de nuevos astros.
El torrente de radiación ultravioleta emitido por estrellas masivas esculpe e ilumina diseños ondulados en el gas. Estas estrellas de reciente formación están situadas fuera del campo de la imagen, arriba a la izquierda. El brillo de estas ondulaciones realza la estructura tridimensional del objeto. La radiación ultravioleta excava y calienta las superficies de las frías nubes de hidrógeno, que brillan así en rojo y naranja.
El intenso calor y presión generan un flujo de material desde estas superficies, creando una cortina verdosa de gas encendido que enmascara la estructura de fondo. La presión en los extremos de las ondas puede desencadenar una nueva formación estelar en su interior. Los colores representan los diversos gases, rojo para el azufre, verde el hidrógeno y azul para el oxígeno.
El Pequeño Fantasma
El Telescopio Espacial Hubble ha obtenido imágenes de la nebulosa planetaria NGC 6369, conocida también como Nebulosa del Pequeño Fantasma debido a la apariencia espectral de la pequeña nube que rodea a la débil y agonizante estrella central. NGC 6369 está situada a una distancia entre 2.000 y 5.000 años-luz de la Tierra.
Cuando una estrella de masa similar a la del Sol se aproxima al final de sus días, se expande notablemente: nace una gigante roja. Esta etapa de gigante roja termina cuando la estrella expele sus capas exteriores hacia el espacio originando una débil nebulosa resplandeciente. Los astrónomos denominaron en principio nebulosa planetaria a este tipo de objetos debido a que por su forma recordaba a un planeta, tal como aparece visto a través de un pequeño telescopio. El núcleo estelar remanente inunda de luz ultravioleta el gas circundante.
Nuestro Sol podrá expulsar una nebulosa semejante, pero no antes de 5.000 millones de años. El gas se expandirá desde la estrella, y se disipadrá por el espacio interestelar después de unos 10.000 años. Después de esto, el rescoldo del Sol se enfriará paulatinamente durante miles de millones de años hasta transformarse en una diminuta enana blanca.
dijo:Galeria dedicada a las fotos de galaxias, esos inmensos sistemas estelares que pueblan el Universo. Hay fotos de nuestra galaxia, la Vía Láctea, y también de nuestra vecina, Andrómeda. Todas son preciosas y, algunas, muy especiales, como la galaxia del Sombrero o el objeto de Hoag.
Fotos de Galaxias
La Galaxia Andrómeda
La galaxia Andrómeda es una galaxia espiral, similar a la nuestra, aunque algo mayor. A una distancia de 2,2 millones de años luz, la galaxia Andrómeda es, al mismo tiempo, la galaxia espiral más cercana y el objeto más distante que se puede observar a simple vista. Antes de determinar su naturaleza por medio de poderosos telescopios, fue erróneamente considerada una nebulosa, o nube de materia interestelar. Por medio del telescopio se ve que junto a ella hay otras galaxias, de las cuales las más sobresalientes son dos pequeñas galaxias de forma elíptica.
La Galaxia NGC 4603
NGC 4603 se encuentra a 108 millones de años luz, en el cúmulo de galaxias de Centaurus, uno de los más masivos. Es la galaxia más lejana en la que se han podido estudiar las variaciones periódicas de brillo de estrellas cefeidas. Las cefeidas de mayor tamaño y brillo tienen periodos más largos que las pequeñas. Esta relación entre periodo y masa permite calcular con precisión su distancia.
la Galaxia NGC 3370.
La galaxia NGC 3370 es muy parecida a nuestra Vía Láctea y está a unos 100 millones de años luz, en dirección de la constelación de Leo. Esta foto obtenida por el Telescopio Espacial Hubble permite ver muchos de sus detalles. Se han podido identificar algunas estrellas pulsantes individuales, llamadas Cefeidas, que pueden ser usadas para calcular la distancia a la NGC 3370. Esta galaxia espiral fue elegida debido a que en 1994 estalló una de sus estrellas como una supernova tipo Ia. Conociendo la distancia a la galaxia, se ha podido calibrar este tipo de supernova para determinar así distancias a otras supernovas similares ocurridas a distancias mucho mayores, revelando así el tamaño y la expansión del Universo.
Galaxia enana NGC 1569.
La cercana galaxia enana NGC 1569 es un foco de vigorosa actividad de nacimiento estelar; las enormes burbujas que exhala criban el cuerpo principal de la galaxia produciendo, también, brillantes cúmulos estelares azules. Esta galaxia sufrió un súbito acceso de nacimiento estelar hace 25 millones de años, que amainó cuando los primeros ancestros humanos poblaban la Tierra. NGC 1569 es una galaxia enana irregular situada a 7 millones de años-luz hacia la constelación de Camelopardalis.
Uno de los misterios de la Astronomía todavía no resueltos consiste en cómo y cuándo tuvo lugar la formación de las galaxias y su evolución posterior. La mayoría de las galaxias que observamos actualmente parecen haber completado ya su formación en etapas muy tempranas de la historia del Universo. Su desarrollo involucra una o más colisiones galácticas y/o eventos de nacimiento estelar fuertemente realzado, denominados "starbursts".
Galaxia Ultravioleta.
La galaxia NGC 6782 tiene una forma de espiral casi circular, sin embargo la foto dista mucho de mostrarnos una forma de círculo. Esta foto fue captada por el Telescopio Espacial Hubble el 1 de Noviembre del 2001 y logró ésta forma al exponer el telescopio a una visión en luz ultravioleta. Este tipo de luz es generada por estrellas mucho más calientes que nuestro Sol, de una zona de furiosa formación de estrellas.
Del disco azul surgen dos brazos en espiral que se recortan contra la luz dorada de estrellas más antiguas. Este impresionante y hermoso conjunto, es todavía un enigma para los astrónomos.
La apariencia de una galaxia puede depender fuertemente del color de la luz con la cual es observada. Esta imagen tomada por el Hubble de NGC 6782 ilustra un pronunciado ejemplo de este efecto. Esta galaxia espiral, cuando es vista por luz visible, muestra una separación en los brazos en espiral que le dan una forma de molinete similar a cualquier otra galaxia espiral. Sin embargo, cuando la galaxia es observada con luz ultravioleta por el Hubble, su forma es completamente diferente.
Centro de la Vía Láctea
Los astrónomos están al tanto de algunos objetos caprichosos que existen en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, como las vastas nubes de polvo cósmico, radiantes cúmulos estelares, remolinos gaseosos y, desde luego, un agujero negro supermasivo.
Gran parte del centro galáctico está oculto de cualquier observación en luz visible por densas nubes de gas y polvo, pero puede explorarse mediante otras formas de radiación electromagnética.
Esta imagen espectacular, en luz infrarroja, del centro de nuestra galaxia, fue construida a partir de los datos del Experimento Espacial Intermedio, a bordo del satélite MSX.
Esta imagen, producto del mapeo en tres bandas del infrarrojo intermedio, invisible al ojo humano, y su codificación en los colores visibles rojo, verde y azul, revela la emisión térmica de nubes de polvo circunferidas al centro galáctico, que se calientan por la intensa luminosidad de las estrellas. El plano galáctico se extiende a lo largo de la línea media de esta fotografía, mientras que el centro galáctico es la mancha brillante fácilmente reconocible.
Galaxia del Sombrero
La Galaxia del Sombrero, Messier 104, es muy grande; visualmente es un quinto del tamaño de la Luna en un telescopio. Está a unos 30 millones de años-luz de la Tierra, en el cúmulo de Virgo. Se llama así porque su forma parece la de un sombrero de charro. Esta galaxia espiral, catalogada como galaxia NGC 4594, se ve de canto, y destaca en ella una banda oscura que parece dividirla longitudinalmente en dos, y que se encuentra formada por inmensas nubes oscuras. La masa de la galaxia del Sombrero duplica la de la nuestra. Si pudiéramos observar la nuestra de la misma manera, presentaría un aspecto similar a la del Sombrero.
¿Por qué la Galaxia del Sombrero se parece a un sombrero? Las razones incluyen el gran conglomerado de estrellas hacia la zona central de la galaxia y el prominente borde oscuro de polvo, que rodea la galaxia y que desde nuestra perspectiva, se observa de costado. Miles de millones de viejas estrellas causan el gran brillo central de M104, mientras una inspección más detallada del anillo, muestra intrincadas estructuras que los astrónomos no entienden todavía. El mismo centro de la galaxia del Sombrero radia en el espectro electromagnético y se piensa que aloja un agujero negro supermasivo.
Esta imagen fue hecha combinando 3 imágenes CCD, tomadas en, aproximadamente, los colores primarios; rojo, verde y azul, con lo cual fue posible crear una imagen con colores verdaderos. Cada imagen fue procesada por un detector de variaciones de sensibilidad para luego quitarle las regiones incorrectas causadas por defectos de fabricación y por la llegada de rayos cósmicos al telescopio.
Objeto de Hoag
¿Es una galaxia o son dos? Esta pregunta surgió cuando el astrónomo Art Hoag en 1950 encontró este extraño objeto extragaláctico. La parte exterior del anillo está dominado por brillantes estrellas azules, mientras que cerca del centro yacen estrellas mucho más rojas y probablemente más viejas. Entre los dos está un espacio que aparece en casi completa oscuridad.
Cómo se formó el Objeto de Hoag es aún desconocido, aunque objetos similares se han identificado y han sido llamados colectivamente como galaxias en anillo. Las hipótesis de su origen incluyen una colisión de galaxias hace billones de años e interacciones gravitacionales envolviendo un inusual objeto con forma de núcleo.
Esta fotografía tomada por el Telescopio Espacial Hubble en Julio del 2001 revela detalles sin precedentes del Objecto de Hoag y podría dar vida a un mejor entendimiento.
La Galaxia NGC 1512
El telescopio espacial Hubble captó imágenes de nuestra vecina Galaxia espiral cerrada NGC 1512, situada a 30 millones de años luz de la Tierra, utilizando rayos de luz de diferentes longitudes de onda. La galaxia está ubicada en la constelación Horologium y puede ser vista por telescopios comunes y corrientes debido a que está relativamente cercana. La NGC 512 tiene una extensión de 70.000 años luz, un tamaño parecido al de nuestra Vía Láctea. El Hubble utilizó un rango de rayos desde el infrarrojo hasta el ultravioleta para ver la galaxia por partes. El núcleo tiene un ancho de 2.400 años luz. Los astrónomos encontraron un anillo de estrellas enanas en el núcleo.
La galaxia M64
Una colisión entre dos galaxias ha dado como resultado un sistema con aspecto inusual y con curiosos movimientos internos. Messier 64 (M64) presenta una espectacular banda oscura de partículas de polvo que absorben la luz situada justo por delante del núcleo de la galaxia. Esta apariencia ha servido para que este objeto reciba el apodo de "Galaxia del Ojo Negro" o "Galaxia del Ojo Malvado". El Telecopio Espacial Hubble ha revelado que este objeto esconde una compleja historia y una dinámica no menos interesante.
M64 parece ser una típica galaxia espiral. Tal como sucede en la mayor parte de las galaxias, todas las estrellas de M64 están rotando en la misma dirección. M64 rota en el sentido de las agujas del reloj. No obstante, los estudios realizados durante la década de 1990 llevaron a la conclusión de que el gas interestelar en las regiones más externas de esta galaxia rota en dirección opuesta al de las más internas.
Galaxias de Las Antenas
Las colisiones entre galaxias pueden ser determinantes en la creación de nuevos planetas. El Observatorio de rayos X Chandra ha descubierto ricos depósitos de neón, magnesio y silicio en un par de galaxias en colisión llamadas Las Antenas. Los depósitos están localizados en enormes nubes de gas caliente. Cuando las nubes se enfríen, dicen los científicos, se debería formar una gran cantidad de estrellas y planetas. Estos resultados podrían augurar el destino de nuestra propia Vía Láctea y su futura colisión con la galaxia Andrómeda.
Cuando las galaxias colisionan, los choques directos entre estrellas son muy raros, pero las colisiones entre las enormes nubes de gas de las galaxias provocan un crecimiento en la tasa de natalidad estelar. Las estrellas masivas recién nacidas evolucionan rápidamente en unos pocos millones de años y explotan como supernovas. Los elementos pesados fabricados en estas estrellas son expulsados por las explosiones y enriquecen el gas que las rodea a lo largo de miles de años luz
Nacimiento de una galaxia
Esta foto del Telescopio Espacial Hubble muestra en detalle una galaxia tardía, un pequeño sistema de estrellas y gas que parece aún encontrarse en pleno proceso de desarrollo, mientras la mayoría de sus congéneres comenzaron a formarse hace miles de millones de años. La evidencia de su extrema juventud se halla en la explosión de estrellas recién nacidas. Todo indica que esta galaxia, denominada POX 186, se originó cuando dos pequeños grumos de gas y estrellas colisionaron hace menos de 100 millones de años provocando la formación de nuevas estrellas.
Esta imagen del Hubble respalda las teorías de formación galáctica a partir del ensamblaje de pequeños bloques compuestos de gas y estrellas. Estos bloques se originaron poco tiempo después del Big-Bang, el acontecimiento creador del Universo. Sin embargo, se trata de un hallazgo sorprendente debido a su notable cercanía en el espacio ya que POX 186 se encuentra a sólo 68 millones de años-luz, hacia Virgo. Pertenece al grupo de galaxias conocido como enanas compactas azules debido a su reducida extensión y su colección de estrellas azules calientes. Su tamaño de 900 años-luz y unos 10 millones de estrellas, resultan insignificantes. La Vía Láctea mide unos 100.000 años-luz y alberga 100.000 millones de estrellas.
La Galaxia Andrómeda
La galaxia Andrómeda es una galaxia espiral, similar a la nuestra, aunque algo mayor. A una distancia de 2,2 millones de años luz, la galaxia Andrómeda es, al mismo tiempo, la galaxia espiral más cercana y el objeto más distante que se puede observar a simple vista. Antes de determinar su naturaleza por medio de poderosos telescopios, fue erróneamente considerada una nebulosa, o nube de materia interestelar. Por medio del telescopio se ve que junto a ella hay otras galaxias, de las cuales las más sobresalientes son dos pequeñas galaxias de forma elíptica.
La Galaxia NGC 4603
NGC 4603 se encuentra a 108 millones de años luz, en el cúmulo de galaxias de Centaurus, uno de los más masivos. Es la galaxia más lejana en la que se han podido estudiar las variaciones periódicas de brillo de estrellas cefeidas. Las cefeidas de mayor tamaño y brillo tienen periodos más largos que las pequeñas. Esta relación entre periodo y masa permite calcular con precisión su distancia.
la Galaxia NGC 3370.
La galaxia NGC 3370 es muy parecida a nuestra Vía Láctea y está a unos 100 millones de años luz, en dirección de la constelación de Leo. Esta foto obtenida por el Telescopio Espacial Hubble permite ver muchos de sus detalles. Se han podido identificar algunas estrellas pulsantes individuales, llamadas Cefeidas, que pueden ser usadas para calcular la distancia a la NGC 3370. Esta galaxia espiral fue elegida debido a que en 1994 estalló una de sus estrellas como una supernova tipo Ia. Conociendo la distancia a la galaxia, se ha podido calibrar este tipo de supernova para determinar así distancias a otras supernovas similares ocurridas a distancias mucho mayores, revelando así el tamaño y la expansión del Universo.
Galaxia enana NGC 1569.
La cercana galaxia enana NGC 1569 es un foco de vigorosa actividad de nacimiento estelar; las enormes burbujas que exhala criban el cuerpo principal de la galaxia produciendo, también, brillantes cúmulos estelares azules. Esta galaxia sufrió un súbito acceso de nacimiento estelar hace 25 millones de años, que amainó cuando los primeros ancestros humanos poblaban la Tierra. NGC 1569 es una galaxia enana irregular situada a 7 millones de años-luz hacia la constelación de Camelopardalis.
Uno de los misterios de la Astronomía todavía no resueltos consiste en cómo y cuándo tuvo lugar la formación de las galaxias y su evolución posterior. La mayoría de las galaxias que observamos actualmente parecen haber completado ya su formación en etapas muy tempranas de la historia del Universo. Su desarrollo involucra una o más colisiones galácticas y/o eventos de nacimiento estelar fuertemente realzado, denominados "starbursts".
Galaxia Ultravioleta.
La galaxia NGC 6782 tiene una forma de espiral casi circular, sin embargo la foto dista mucho de mostrarnos una forma de círculo. Esta foto fue captada por el Telescopio Espacial Hubble el 1 de Noviembre del 2001 y logró ésta forma al exponer el telescopio a una visión en luz ultravioleta. Este tipo de luz es generada por estrellas mucho más calientes que nuestro Sol, de una zona de furiosa formación de estrellas.
Del disco azul surgen dos brazos en espiral que se recortan contra la luz dorada de estrellas más antiguas. Este impresionante y hermoso conjunto, es todavía un enigma para los astrónomos.
La apariencia de una galaxia puede depender fuertemente del color de la luz con la cual es observada. Esta imagen tomada por el Hubble de NGC 6782 ilustra un pronunciado ejemplo de este efecto. Esta galaxia espiral, cuando es vista por luz visible, muestra una separación en los brazos en espiral que le dan una forma de molinete similar a cualquier otra galaxia espiral. Sin embargo, cuando la galaxia es observada con luz ultravioleta por el Hubble, su forma es completamente diferente.
Centro de la Vía Láctea
Los astrónomos están al tanto de algunos objetos caprichosos que existen en el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, como las vastas nubes de polvo cósmico, radiantes cúmulos estelares, remolinos gaseosos y, desde luego, un agujero negro supermasivo.
Gran parte del centro galáctico está oculto de cualquier observación en luz visible por densas nubes de gas y polvo, pero puede explorarse mediante otras formas de radiación electromagnética.
Esta imagen espectacular, en luz infrarroja, del centro de nuestra galaxia, fue construida a partir de los datos del Experimento Espacial Intermedio, a bordo del satélite MSX.
Esta imagen, producto del mapeo en tres bandas del infrarrojo intermedio, invisible al ojo humano, y su codificación en los colores visibles rojo, verde y azul, revela la emisión térmica de nubes de polvo circunferidas al centro galáctico, que se calientan por la intensa luminosidad de las estrellas. El plano galáctico se extiende a lo largo de la línea media de esta fotografía, mientras que el centro galáctico es la mancha brillante fácilmente reconocible.
Galaxia del Sombrero
La Galaxia del Sombrero, Messier 104, es muy grande; visualmente es un quinto del tamaño de la Luna en un telescopio. Está a unos 30 millones de años-luz de la Tierra, en el cúmulo de Virgo. Se llama así porque su forma parece la de un sombrero de charro. Esta galaxia espiral, catalogada como galaxia NGC 4594, se ve de canto, y destaca en ella una banda oscura que parece dividirla longitudinalmente en dos, y que se encuentra formada por inmensas nubes oscuras. La masa de la galaxia del Sombrero duplica la de la nuestra. Si pudiéramos observar la nuestra de la misma manera, presentaría un aspecto similar a la del Sombrero.
¿Por qué la Galaxia del Sombrero se parece a un sombrero? Las razones incluyen el gran conglomerado de estrellas hacia la zona central de la galaxia y el prominente borde oscuro de polvo, que rodea la galaxia y que desde nuestra perspectiva, se observa de costado. Miles de millones de viejas estrellas causan el gran brillo central de M104, mientras una inspección más detallada del anillo, muestra intrincadas estructuras que los astrónomos no entienden todavía. El mismo centro de la galaxia del Sombrero radia en el espectro electromagnético y se piensa que aloja un agujero negro supermasivo.
Esta imagen fue hecha combinando 3 imágenes CCD, tomadas en, aproximadamente, los colores primarios; rojo, verde y azul, con lo cual fue posible crear una imagen con colores verdaderos. Cada imagen fue procesada por un detector de variaciones de sensibilidad para luego quitarle las regiones incorrectas causadas por defectos de fabricación y por la llegada de rayos cósmicos al telescopio.
Objeto de Hoag
¿Es una galaxia o son dos? Esta pregunta surgió cuando el astrónomo Art Hoag en 1950 encontró este extraño objeto extragaláctico. La parte exterior del anillo está dominado por brillantes estrellas azules, mientras que cerca del centro yacen estrellas mucho más rojas y probablemente más viejas. Entre los dos está un espacio que aparece en casi completa oscuridad.
Cómo se formó el Objeto de Hoag es aún desconocido, aunque objetos similares se han identificado y han sido llamados colectivamente como galaxias en anillo. Las hipótesis de su origen incluyen una colisión de galaxias hace billones de años e interacciones gravitacionales envolviendo un inusual objeto con forma de núcleo.
Esta fotografía tomada por el Telescopio Espacial Hubble en Julio del 2001 revela detalles sin precedentes del Objecto de Hoag y podría dar vida a un mejor entendimiento.
La Galaxia NGC 1512
El telescopio espacial Hubble captó imágenes de nuestra vecina Galaxia espiral cerrada NGC 1512, situada a 30 millones de años luz de la Tierra, utilizando rayos de luz de diferentes longitudes de onda. La galaxia está ubicada en la constelación Horologium y puede ser vista por telescopios comunes y corrientes debido a que está relativamente cercana. La NGC 512 tiene una extensión de 70.000 años luz, un tamaño parecido al de nuestra Vía Láctea. El Hubble utilizó un rango de rayos desde el infrarrojo hasta el ultravioleta para ver la galaxia por partes. El núcleo tiene un ancho de 2.400 años luz. Los astrónomos encontraron un anillo de estrellas enanas en el núcleo.
La galaxia M64
Una colisión entre dos galaxias ha dado como resultado un sistema con aspecto inusual y con curiosos movimientos internos. Messier 64 (M64) presenta una espectacular banda oscura de partículas de polvo que absorben la luz situada justo por delante del núcleo de la galaxia. Esta apariencia ha servido para que este objeto reciba el apodo de "Galaxia del Ojo Negro" o "Galaxia del Ojo Malvado". El Telecopio Espacial Hubble ha revelado que este objeto esconde una compleja historia y una dinámica no menos interesante.
M64 parece ser una típica galaxia espiral. Tal como sucede en la mayor parte de las galaxias, todas las estrellas de M64 están rotando en la misma dirección. M64 rota en el sentido de las agujas del reloj. No obstante, los estudios realizados durante la década de 1990 llevaron a la conclusión de que el gas interestelar en las regiones más externas de esta galaxia rota en dirección opuesta al de las más internas.
Galaxias de Las Antenas
Las colisiones entre galaxias pueden ser determinantes en la creación de nuevos planetas. El Observatorio de rayos X Chandra ha descubierto ricos depósitos de neón, magnesio y silicio en un par de galaxias en colisión llamadas Las Antenas. Los depósitos están localizados en enormes nubes de gas caliente. Cuando las nubes se enfríen, dicen los científicos, se debería formar una gran cantidad de estrellas y planetas. Estos resultados podrían augurar el destino de nuestra propia Vía Láctea y su futura colisión con la galaxia Andrómeda.
Cuando las galaxias colisionan, los choques directos entre estrellas son muy raros, pero las colisiones entre las enormes nubes de gas de las galaxias provocan un crecimiento en la tasa de natalidad estelar. Las estrellas masivas recién nacidas evolucionan rápidamente en unos pocos millones de años y explotan como supernovas. Los elementos pesados fabricados en estas estrellas son expulsados por las explosiones y enriquecen el gas que las rodea a lo largo de miles de años luz
Nacimiento de una galaxia
Esta foto del Telescopio Espacial Hubble muestra en detalle una galaxia tardía, un pequeño sistema de estrellas y gas que parece aún encontrarse en pleno proceso de desarrollo, mientras la mayoría de sus congéneres comenzaron a formarse hace miles de millones de años. La evidencia de su extrema juventud se halla en la explosión de estrellas recién nacidas. Todo indica que esta galaxia, denominada POX 186, se originó cuando dos pequeños grumos de gas y estrellas colisionaron hace menos de 100 millones de años provocando la formación de nuevas estrellas.
Esta imagen del Hubble respalda las teorías de formación galáctica a partir del ensamblaje de pequeños bloques compuestos de gas y estrellas. Estos bloques se originaron poco tiempo después del Big-Bang, el acontecimiento creador del Universo. Sin embargo, se trata de un hallazgo sorprendente debido a su notable cercanía en el espacio ya que POX 186 se encuentra a sólo 68 millones de años-luz, hacia Virgo. Pertenece al grupo de galaxias conocido como enanas compactas azules debido a su reducida extensión y su colección de estrellas azules calientes. Su tamaño de 900 años-luz y unos 10 millones de estrellas, resultan insignificantes. La Vía Láctea mide unos 100.000 años-luz y alberga 100.000 millones de estrellas.
las estrellas son mías!!!te quiero♥
ResponderEliminarte quiero♥
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