martes, 6 de abril de 2010

Los laberintos de la soledad.



La novela Robinson Crusoe, del escritor Daniel De Foe, fue uno de los relatos fundacionales que estableció el concepto de soledad basado en el aislamiento físico y el confinamiento involuntario. Robinson, debido a un naufragio, queda separado del resto de la especie. Sin embargo, en la isla, donde queda atrapado, el marino reproduce las costumbres y la tecnología que caracterizan a la humanidad.

Esta concepción espacial y geográfica relacionada con el exilio voluntario o involuntario se extendió a las víctimas de la institución carcelaria. La mayor crueldad de ese confinamiento consiste en la amputación de los vínculos afectivos que sufre el condenado. La pena del encierro es acompañada por el castigo de la soledad y la obligación de convivir solamente con otros convictos. También se expresa en la soledad del exiliado que no cesa de recordar a los seres queridos de su lugar de origen, con los que mantiene una relación imaginaria basada en la charlatanería de la memoria. "Emigraste, cagaste" dice una sentencia popular. Ovidio lo expresaba más poéticamente: "Maldigo los vientos y las velas que separan el origen de su destino".

Las separaciones matrimoniales y los abandonos dejan como secuela una engañosa pátina de nostalgia sobre la membrana de la conciencia. Los decesos de seres queridos nos generan un traumático dolor. Pero esa pena extendida en el tiempo ya no tiene relación con el destino del ser extinto, sino con nuestra propia autocompasión ante ese abandono definitivo en que consiste la muerte.


Internet ha permitido la creación de un insólito espacio ficcional que parece eliminar la nostalgia por el ausente. Si para Marshal Mc Luhan el teléfono era el medio más frío de todos los existentes, la comunicación internética es aún más de extrema frialdad.


Estoy convencido de que la verdadera comunión sólo es posible a través del contacto. No somos personas, ni almas, ni palabras, ni seres, ni mente. Somos ante todo animales, y sino hay saliva ni gestos, ni cachetadas, ni paseos, ni mágica empatía en la mirada, se trata de la construcción de un gólem, una máquina asensual capaz de sobrevivir encerrada en la soledad extrema de las ideas y las cadenas asociativas. La comunicación es el mejor antro para la soledad. Es más, la residencia de la soledad es la mente.


El sufrimiento no es dolor. Se sufre por lo que se hizo mal o por lo que no se pudo hacer, se sufre por lo que tenemos que hacer en un futuro y por lo que no podremos hacer. El sufrimiento es el extremo más frágil de la soledad, es puro dolor del tiempo. El pasado es una tumba y el futuro una cárcel. La vida termina justo cuando está empezando.


La conciencia es un acompañante creado en la soledad de la mente. Yo creo que es apenas un reflejo de sí mismo, un espejo distorsionante. El fracaso de los hombres es el propio aislamiento en que consiste saberse, conocerse. Nunca podremos percibir al otro tal cual nos percibimos a nosotros mismos. Vivimos encerrados en nuestro reflejo.


La palabras soledad, curiosamente, contiene en su interior un reflejo asombroso. Sol-edad: la edad del sol. El sol, es combustión de sí mismo, un bonzo cósmico que nos suministra el sustento esencial de nuestro existir: luz y calor. Imagino que en lo profundo del cosmos, en los confines del abismo, un dolor inconmensurable también se expande por el éter. Estamos solos porque todo y cada cosa está sola.


La soledad probablemente sea una instalación cósmica en nuestro código genético. Aunque también es posible que esto que acabo de escribir y que lo dijo el lenguaje sea una trampa. Y en escapar de esa trampa consiste la aventura de existir.-

1 comentario:

  1. la soledad es una elección, internet incomunica, la muerte es una gran farsante porque al final de cuentas la muerte sólo puede robarnos el tiempo, las oportunidades de sonreír, de comer una manzana, de decir algún discurso, de pisar el piso que se ama...y la vida... la vida es una cárcel con las puertas abiertas, verónika decide morir y no muere, porque la vida es como una luz que aparta irremediablemente las tinieblas...

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