Los pueblos originarios fueron incorporados en masa al Estado argentino como pueblos sometidos y ocupantes precarios en sus propios territorios. Fueron obligados a adoptar una religión y un estilo de vida que no les era propio. Fueron convertidos en productores de subsistencia y/o proletarios rurales. Por efecto de procesos regionales de migraciones forzosas un importante porcentaje de sus miembros vive en áreas urbanas y suburbanas donde es usual que deban ocultar su identidad para evitar el maltrato y la discriminación.
Hace relativamente poco ha comenzado una acción más decidida y, a la vez, sostenida, en favor de los pueblos indígenas. Esto ha sido esencial en la afirmación del indigenismo y la consecuente aparición en la vida pública en nuestras sociedades americanas. Podríamos señalar que en nuestro país es a partir de 1990, cuando el indigenismo comenzó a tener impulso. La reforma de la Constitución del año 1994; la suscripción y ratificación del Convenio 169; y el depósito de los instrumentos de su ratificación en Naciones Unidas así lo demuestran.
La agenda internacional en el tema indígena también se ha visto poblada de acontecimientos. En Naciones Unidas se constituyó el Foro Permanente para los Pueblos Indígenas del Mundo, habiendo sucedido su primera reunión en el mes de mayo de 2002. Otras de las actividades que se realizaron en nuestro país fueron: el Programa de Participación Indígena, el Foro Patagónico, y el Primer Seminario de Políticas Sociales para Pueblos Indígenas. Esta acción positiva y constante, más la tarea de divulgación de los derechos que han realizado los funcionarios del INAI y los dirigentes indígenas, ha ido animando a los grupos a manifestarse y asumir posiciones.
Cuáles son, cuántos son y dónde están
En este punto el objetivo fue confeccionar una lista de los pueblos indígenas argentinos que actualmente existen y donde se encuentran ubicados. Sin embargo es necesario previamente explicar algunas referencias aclaratorias sobre las clasificaciones
Todas responden a algún criterio que elige quien las realiza y que, normalmente, se basan en principios de consideración lingüística, política, histórica o antropológica (cultural).
En este caso el propósito es dar a conocer cuáles son las distintas etnias que existen en nuestro país, desde lo institucional. La fuente es el registro del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, que es el organismo nacional que tiene a su cargo otorgar personerías jurídicas a las comunidades indígenas. En la tramitación consigna los pueblos a los que pertenecen.
Suelen publicarse listas de las etnias que existen en la Argentina con resultados pocos felices, ya que no suelen ser exhaustivas ni actualizadas. Podemos dar como ejemplo las que omiten a los Huarpes, que en varias partes figuran como pueblo extinguido y, sin embargo, actualmente hay 11 comunidades registradas. Otro caso es de la comunidad Tonocoté de Santiago del Estero, que era una etnia que no figuraba prácticamente en ningún lado. Pero a raíz de la designación de un santiagueño al frente del INAI a fines de 1999, el Dr. Figueroa que desde esa función se interesó por las comunidades de su provincia, se produjo el surgimiento de los Tonocoté (también llamados "Surita" y el otorgamiento de la correspondiente personería jurídica.
Frente al vacío censal oficial algunas ONG's y organizaciones indígenas han estimado que el número de personas indígenas podría estar entre 800.000 y 2.000.000.
Se cree que un porcentaje bastante elevado vive en asentamientos rurales y en forma comunitaria representando aproximadamente entre un 3% y un 5% de la población total del país. Algunas provincias cuentan con un 17 a 25% de indígenas en su población. Según las fuentes mencionadas, existirían más de 800 comunidades en todo el país mientras que por efectos de la migración urbana en algunas capitales de provincias habría una altísima concentración de familias y personas indígenas
Según esta información su composición y distribución sería aproximadamente la siguiente:
Región Noreste (provincias de Chaco, Formosa, Misiones y Santa Fe): Pueblos Mbya-Guarany, Mocoví, Pilagá, Toba, Vilela y Wichí.
Región Noroeste (provincias de Catamarca, Jujuy, La Rioja, Salta, San Juan, Santiago del Estero y Tucumán): Pueblos Atacama, Avá-Guarany, Chané, Chorote, Chulupí, Diaguita- Calchaquí, Kolla, Omaguaca, Tapiete, Toba, Tupí-Guarany y Wichí.
Región Sur (provincias de Chubut, Neuquén, Santa Cruz y Tierra del Fuego): Pueblos Mapuche, Ona, Tehuelche y Yamana.
Región Central (provincias de Buenos Aires, La Pampa y Mendoza): Pueblos Atacama, Avá Guarany, Diaguita-Calchaquí, Huarpe, Kolla, Mapuche, Rankulche, Toba y Tupí Guarany.
Identificar a los indígenas siempre ha sido algo problemático y obedece a múltiples razones En algunos casos fue el desinterés; en otros, porque había sociedades que negaban la existencia de indígenas por razones políticas o por considerar que mancillaban su pureza o restaba mérito y distinción a su sociedad. Posteriormente fueron las distintas disciplinas (como la sociología o la etnología) que se interesaron por el tema e introdujeron sus particulares puntos de vista.
Distintos han sido los criterios utilizados para la identificación y posterior categorización de los pueblos indígenas, a saber:
a) Los criterios raciales o biológicos:
Imperaron hasta hace unos 60 años o más, y tenía que ver con la apariencia de las personas, con los rasgos hereditarios y todos aquellos rasgos que servían para diferenciarlos de los europeos. Centrar en el aspecto biológico el fundamento de una distinción y en el concepto de "raza". Actualmente han sido dejados de lado; hoy la ciencia rechaza toda pretensión de definir las "razas" a partir de datos genéticos determinantes. Es verdad que hay diferencias biológicas y culturales que están a la vista. Pero los estudios indican que las diferencias entre los hombres son tantas y de tal magnitud que no es posible identificar a un grupo racial determinado con un exclusivo y único tipo biológico
b) Criterios legales o administrativos:
Empleados para identificar y clasificar con fines de política alimentaria o educacional o por razones estadísticas. Según estos criterios son indígenas quienes han sido identificados o definidos por alguna autoridad.
c) Criterios socioculturales:
Se basan en el idioma que hablan. Se calcula que hay más de 400 lenguas indígenas en América. Sin embargo, se debe aceptar a los grupos que se identifican como indígenas y que han perdido su lengua vernácula Otros criterios socioculturales incluyen elementos de la cultura material como el vestido, la alimentación, las tecnologías agrarias, parafernalia ceremonial y religiosa, etc. Estos sistemas de identificación aparecen en las monografías de principios de siglos que producía la antropología. Sin embargo actualmente pocos de esos elementos materiales siguen teniendo el mismo significado.
d) Criterios culturales propios:
No son de los individuos sino de las colectividades y se manifiestan por sus prácticas religiosas y ceremoniales, formas de organización social, estructuras de la propiedad agraria, modos de producción y distribución de bienes económicos y otros elementos intangibles
f) La autodefinición indígena:
Todos los criterios anteriores son externos: producidos y utilizados por autoridades, técnicos y académicos, generalmente no indígenas. Son criterios impuestos desde fuera. Actualmente ha prosperado y se está imponiendo en las normativas que se van diseñado para el mundo indígena, los criterios subjetivos de autoidentificación. Las organizaciones indígenas sostienen que son ellos quienes tiene la potestad de autoidentificación y autodefinición. El Consejo Mundial de Pueblos Indígenas ha reclamado ese derecho y actualmente se considera por ellos dentro de la categoría de los derechos humanos.
Los pueblos indígenas registrados en el INAI:
BUENOS AIRES: Tupi guaraní (emigrado), toba, mapuche
CATAMARCA: Diaguita, Calchaquí,
CHACO: Toba. Mocovi. Wichi
CHUBUT: Tehuelche, Mapuche, Tehuelche - mapuche (mestizaje)
FORMOSA: Pilaga, Wichi, Toba
JUJUY: Kolla, Atacama, Pulmamarca, Guarany. Kolla - Humahuaca, Chiriguano, Yalas (según registro proveniente de la oficina indígena de Jujuy), Chiriguano-Chané (caso igual que el anterior), Guarany
LA PAMPA: Ranqueles
MENDOZA: Huarpes, Pehuenches (mapuche)
MISIONES: MByA (guaraní)
NEUQUEN: Mapuche
RIO NEGRO: Mapuche
SALTA: Kolla, Wichi. Diaguita, Calchaquí. Lule. Chane-Guarany, Guarany, Corotes, Oclollas, Aba-Guarany, Tupi-Guarany Kollas-Huamauaca, Tobas, Guarany, Chiriguano, Chiriguano-Tapiapé
SAN JUAN: Huarpes
SANTA FE: Tobas, Mocovi
SANTIAGO DEL ESTERO: Tonocote (Suritas)
TIERRA DEL FUEGO: Onas o Selknan
TUCUMAN: Diaguita-Calcaquí
Algunas comunidades, a modo de ejemplo:
Chiriguanos Chané:
Existen unos 21.000 chiriguanos y 1400 Chanés en la Argentina, aproximadamente. Ambos son de origen amazónico. Los primeros Guaraníes y los segundos, Arawak.
Tierra:
Las que habitan sin fiscales o de las misiones franciscanas. Viven en las provincias de Salta y Jujuy. También habitan en Bolivia y Paraguay.
Organización:
En una época lejana los chiriguanos sometieron a los Chané. Actualmente se toman a ambos grupos como una comunidad cultural, aunque se distinguen entre sí por la lengua y ocupan aldeas distintas.
Algunos viven dispersos en los cinturones de las ciudades, otros en comunidades. En Salta cuentan con la Ley Provincial del Aborigen sancionada en el año 1987.
Economía:
Tradicionalmente son agricultores de maíz, zapallo y porotos, pocos pueden vivir actualmente de la tierra, porque no la tienen. Subsisten de sus trabajos en los ingenios azucareros, obrajes, aserraderos, YPF, municipios. Son cosecheros golondrinas: desde la Zafra del norte van a la vendimia cuyana, llegándose a Río Negro y Neuquén para la cosecha de la manzana.
Cultura:
Mantienen su identidad y parte del patrimonio cultural. Aún algunos efectúan convites con Kanwi (chicha) o el ritual del arete, cultan a su I`payé (curandero) y siguen siendo alegres y hospitalarios.
Hablan su lengua y realizan artesanías tradicionales, máscaras y cerámicas (chané) y cestería (chiriguana).
Diaguita-Calchaquí
Los diaguita – calchaquí son aproximadamente 6000 personas. Hay numerosos mestizos descendientes.
Tierra:
Viven en los valles Calchaquíes de Tucumán y Catamarca. Generalmente ocupan la tierra por arriendo. Lucharon valerosamente por ella en la época de la conquista. Lucharon con heroísmo, hasta la muerte.
Organización:
Algunos viven dispersos y otros en comunidades organizadas como la de Quilmes, Amaicha del Valle y el pequeño grupo Los Llampas. Hoy se organizan para luchar por sus por sus derechos y la tierra.
Economía:
De supervivencia. En los valles viven de la crianza de animales, cultivos, tejidos artesanales, cerámicas. Son la mano de obra barata de la zafra, minas, etc.
Cultura:
Siendo un pueblo que sufrió persecución, muerte y destierro (fueron trasladados los quilmeños a la provincia de Buenos Aires, en época de la colonia, para que pierdan su identidad como pueblo y así dominarlos y arrebatarles la tierra), conservan elementos de su rica y milenaria cultura. Practican rituales a la Pachamama, formas de cooperación y el canto con percusión que tiene una enorme fuerza cósmica.
Kollas:
Se ha generalizado con el nombre de kollas a los puneños y sus descendientes, algunos quebradeños y toda otra población de orígen quechua-aymara. Se estima una población de 170.000 personas.
Tierra:
Viven en Jujuy y Salta. Sus ocupaciones son antiquísimas y no cuentan con los títulos de propiedad. Perseguidos y amenazados por terratenientes, algunas comunidades sufren severas represiones policiales o son "persuadidos" de abandonar sus tierras con cierre del paso hacia los centros poblados donde venden sus productos. Algunos ocupan tierras fiscales sin títulos o como arrendatarios y cuidadores de ganado ajeno. Otros viven en las villas periféricas de las ciudades.
Organización:
Algunos viven en comunidades y practican trabajos en cooperación como la minga (entre todos cosechan lo de cada uno).
Economía:
Pequeños agricultores y criadores de animales. Cosecheros golondrinas y mineros marginados y explotados. La mujer se emplea en servicios domésticos en la ciudad. Realizan tejidos en telares. Apenas sobreviven.
Cultura:
A pesar de la aculturación sufrida debido a la acción colonizadora, aún practican algunos de sus rituales y mantienen otras formas culturales como la minga, antigua forma de cooperación; el serviñakuy o prueba de pareja y rituales vinculados al culto de la tierra: la Pachamama, señalada o marcación de animales, apachetas o descanso de viajeros, entierro y desentierro de pucllay o kacharpaya (carnaval), chaya y chayar (beber) y corpachada (dar de comer a la tierra); Tinkunakuy, topamientos o encuentros de compadrados, musiqueros, parcialidades o comunidades.
Sus instrumentos musicales tradicionales como quena, anata, siku, erke y erkencho, que han ingresado a la música popular o folklórica de nuestro país. Hablan su lengua. Después del guaraní es la segunda lengua indígena de mayor uso en el país.
Muchos de sus rituales se han desvirtuado para satisfacer curiosidades turísticas.
Mapuches:
Los mapuches son alrededor de 90.000 personas en Argentina y más de un millón en Chile. Hay puros y mezclados con Tehuelches. Mapuche quiere decir “gente de la tierra”
Tierra:
Viven en las provincias de La Pampa, Buenos Aires, Río Negro, Neuquén, Chubut y Santa Cruz. Sus territorios les fueron arrebatados durante la Conquista del desierto. Hoy, la mayoría no tienen tierra propia. Viven en zonas marginales, montañosas y áridas, sin títulos de propiedad o en las periferias de las ciudades.
Organización:
Conforman comunidades o agrupaciones bajo la autoridad de un líder, en las zonas rurales. En las urbanas viven dispersos o conforman barrios con comisiones vecinales. En las distintas provincias se organizan para la obtención de leyes que garanticen sus derechos o la aplicación de las mismas para la recuperación de la tierra y sus derechos.
En la provincia de Río Negro, existe una poderosa organización indígena, el CAI, de gran protagonismo en la sanción y discusión de la Ley Aborígen, y en la reivindicación de sus derechos.
Economía:
De subsistencia. Viven de la cría de ovejas y chivos, tejidos artesanales y ocupaciones estacionales en la esquila y en la cosecha de frutas. Algunas comunidades han organizado cooperativas de producción y consumo.
Cultura:
Hay un fuerte movimiento de recuperación de su cultura muy amenazada por la penetración de sectas religiosas, el alcohol y la sobreexplotación económica.
Mantienen el uso de la lengua, sus cantos a la naturaleza y se reúnen una vez al año para hacer rogativas y cantar al son del cultrum.
Mbya-Guaraní:
Los Mbya Guaraníes son aproximadamente unas 3.000 personas que viven en Argentina. Están asentados en unas 40 aldeas en todo el territorio de Misiones. La pérdida de espacio ecológico y las enfermedades los llevan a enfrentar situaciones de supervivencia.
Tierra:
Viven en la provincia de Misiones. También en Paraguay y Brasil. No reconocen fronteras y esto se manifiesta en las continuas migraciones entre estos tres países. No tienen tierras con títulos. Están asentados en tierras privadas. Su hábitat natural es la selva que la van perdiendo por el sistema de propiedad de la cultura impuesta y las plantaciones madereras.
Organización:
Viven en pequeñas comunidades: el liderazgo del grupo lo ejerce el paí. Los jefes familia reunidos en consejo tratan de resolver los problemas comunes.
En el año 1987, el gobierno de Misiones sanciona la Ley Provincial nº 2.435 con la participación de indígenas y los propios aborígenes. La ley más progresista que existió en el país. Sin embargo, en la actualidad fue derogada y sustituida por la Nº 2.727.
Economía:
De subsistencia. Los que viven en aldeas cultivan la tierra, hacen changas en aserraderos y obrajes o trabajan en los yerbatales y teales sin ninguna protección legal y laboral. Los grupos nómades siguen la vida tradicional: cazan, pescan, recogen miel y frutos silvestres. También hacen artesanías que comercializan.
Cultura:
En la medida que se acercan al mundo blanco, van perdiendo su cultura. Hablan en su idioma y en la intimidad mantienen concepciones religiosas y míticas propias. La mayoría son trilingües: el mbya, el guaraní y el castellano. En la zona fronteriza también agregan otro idioma: el portugués.
Mocovíes:
Los Mocovíes pertenecen al grupo Guaycurú junto con los Tobas y los Pilagá. Son aproximadamente 7.300 personas. En estos últimos años, sobre todo en la provincia de Santa Fe, han comenzado un camino de reconocimiento y afirmación como pueblo.
Tierra:
No la tienen. Viven en caminos abandonados, en campos trabajando como peones, y en los barrios periféricos de las ciudades. Viven en la provincia de Santa Fe y sur de Chaco.
Organización:
La pérdida de la tierra trajo aparejado la destrucción de su antigua organización. Muchos viven dispersos y otros conforman comunidades con identidad propia en la periferia de las ciudades o en las zonas rurales.
Actualmente se están organizando en ambas provincias junto con otras etnias. En Santa Fe, a través de la Organización de Comunidades Aborígenes de Santa Fe, la OCASTAFE, buscan la sanción de una ley provincial que reconozca sus derechos.
Economía:
De subsistencia. Trabajan de peones rurales, hacheros, cosecheros, empleados en aserraderos o municipios. Los que cuentan con un pedacito de tierra realizan mimicultivos de algodón, hortalizas, maíz, etc. Algunos hacen artesanías que malvenden o cambian por ropa usada. Carecen de protección laboral y social.
Cultura:
A pesar de la aculturación se identifican como mocovíes con sus formas de ser, pensar y hacer. Muchos hablan su idioma aún, y actualmente hay un fuerte movimiento de recuperación cultural
Pilagá:
Los Pilagá pertenecen al grupo lingüístico Guaycurú, y son alrededor de 5.000 personas. Viven en las provincias de Chaco y Formosa. En estos últimos años junto a las otras dos etnias de la provincia de Formosa, han comenzado un proceso de organización para la recuperación de tierras.
Tierra:
En estos momentos varias comunidades tienen el título de propiedad de sus tierras, animando así a que todas las comunidades la obtengan.
Algunas comunidades están alambrando para delimitar el terreno y hacer respetar sus derechos.
Organización:
Forman comunidades, sobre todo en zonas rurales, con sus líderes tradicionales y el reconocimiento de la comunidad. Las organizaciones son reconocidas jurídicamente como asociaciones civiles o comunitarias, lo que les permite gestionar los títulos de propiedad de la tierra en forma comunitaria, según lo manifestado en la Ley Provincial Integral Nº 426 de la provincia de Formosa.
Las organizaciones se van consolidando y formaron, a nivel intercomunitario, la Intercomisión Pilagá. Esta organización sirve como espacio de reflexión conjunta, intercambio y capacitación donde se discuten los problemas comunes como zona, etnia y sus posibles soluciones. Además funciona como canal de acción entre las diferentes comunidades y de experiencias conjuntas. Un ejemplo de acción de la Intercomisión fue la elaboración y presentación de propuestas de artículos específicos en la modificación de la Constitución de Formosa.
Economía:
De subsistencia. Viven de sus trabajos como hacheros, cosecheros y del trueque o venta de sus artesanías. Las comunidades que ya tienen la seguridad de la tierra han comenzado un proceso un proceso de ocupación efectiva de las mismas a través del desarrollo de diferentes alternativas económico-productivas: agricultura y ganadería mayor y menor, aprovechamiento de los frutos del monte, etc.
Cultura:
Han sufrido como todas las etnias el proceso de aculturación impuesto por la sociedad dominante. Realizan tejidos de fibra de chaguar, tallas de madera, palo santo y canastos de carandillo (tipo de palmera).
Hablan su lengua, y en algunas escuelas se están instrumentando experiencias de educación bilingüe y bicultural. En la actualidad hay un fuerte resurgir de los valores culturales.
Tehuelches:
Los Tehuelches son aproximadamente 1.500 Aóniken, tehuelches meridionales y unos 700 Gününa Fune, Tehuelches septentrionales. Existen desde hace 1500 años. Sus nombres quieren decir “paisano” o “gente del país”
Tierra:
No tienen. Viven en Santa Cruz y Chubut. Los tehuelches, altos, fuertes y robustos fueron casi exterminados por gobiernos y estancieros que llegaron a pagar a quien matara un tehuelche.
Organización:
Salvo algunos que viven en comunidades, como la de El Chalia o la de Camusu Aike, situadas en tierras pobres reservadas para ellos, la mayoría viven dispersos.
Economía:
Son pequeños criadores de ovejas y chivos o peones de estancia. Las mujeres realizan tejidos artesanales. Así sobreviven en la pobreza y la marginación.
Cultura:
Están muy acriollados, han perdido casi toda su cultura. El idioma tehuelche septentrional se perdió por completo y el meridional a punto de desaparecer. Se está intentando recuperar.
Tobas:
Los Tobas pertenecen al grupo lingüistico Guaycurú, y son alrededor de 60.000 personas. Viven en la provincia del Chaco, Formosa, norte de Santa Fe y Salta, en Argentina. También hay comunidades en Paraguay. Existen asentamientos por migración en Rosario y Buenos Aires.
Tierra:
La mayoría vive en el monte sin ser propietarios de las tierras que ocupan, salvo por unos pocos que tienen títulos, pero ya no es el monte rico y sin límites de la antigüedad. Otros viven en barrios suburbanos de Saenz Peña, Resistencia y Formosa.
En los últimos años han recuperado, en la provincia del Chaco, unas 29.000 hectáreas de tierra con títulos de propiedad definitivos o provisorios. En reserva existen aproximadamente unas 365.000 hectáreas con el reconocimiento por parte de las autoridades de los derechos indígenas sobre las mismas.
Organización:
Constituyen comunidades rurales o urbanas con sus líderes tradicionales o comisiones vecinales, asociaciones comunitarias, cuyos miembros son elegidos por la comunidad.
En la provincia del Chaco participan, junto a los campesinos, en la Unión de Pequeños Productores Chaqueños, y mediante ésta también se tiene presencia en una organización a nivel regional.
Economía:
De pobreza y marginación. Cultivan pequeñas parcelas, son peones temporarios en los algodonales, obrajes, aserraderos, hornos de ladrillos y carbón o empleados municipales en los pueblos. Ocasionalmente cazan, pescan y recolectan frutos y miel silvestre si las condiciones lo permiten.
Cultura:
En la década de los años 20, ya en pleno siglo XX, sufrieron una definitiva derrota militar en Napalpi, Chaco. A partir de este instante, los tobas viven en dependencia política y económica de la sociedad dominante. A pesar de su sometimiento militar, con el tiempo han logrado recobrar el sentido de ser "indio" y con ello, la fuerza necesaria para luchar por sus derechos.
Hablan su lengua, hacen artesanías de barro, de palo santo, tejidos de fibras vegetales, conservan algunos bailes y cantos y suelen acudir al pio'oxonaq para ser curados.
Wichi:
Los Wichi son aproximadamente unas 80.000 personas. Junto con los chulupíes (unas 1.200 personas) y los chorotes (unos 900) forman la familia Mataco – Mataguayo.
Tierra:
Viven en Salta, Formosa y Chaco, en Argentina. También en Bolivia y Paraguay. Es pueblo del monte aunque ocupan las periferias de los pueblos como Ingeniero Juárez y Las Lomitas en Formosa, o Los Blancos y Embarcación, en Salta.
Hoy ocupan tierras marginales, montes deteriorados debido a la tala indiscriminada de árboles, la instalación de petroleras que ocasionan la pérdida de la fauna autóctona. En Formosa, las comunidades del oeste recuperaron, en gran parte, el reconocimiento legal de las tierras que ocupan.
Organización:
Viven en comunidades situadas en las cercanías de poblados blancos, en medio del monte o sobre la ribera del Pilcomayo y Bermejo, con líderes tradicionales y elegidos por la comunidad. Comparten con otras etnias el resurgimiento de la organización de la lucha por al tierra. Participan con sus representantes en el espacio reconocido por las leyes del aborigen.
Economía:
Muchos aún practican la recolección de frutos y miel del monte, cazan y pescan. Otros trabajan en obrajes madereros, en desmontes o son cosecheros temporarios en campos ajenos. Tallan la madera del palo santo, tejen con fibras de chaguar y hacen una utilitaria alfarería que venden también. Algunos fueron víctimas del cólera.
Cultura:
Debido a la acción del blanco, de sectas religiosas, de la escuela común y de otros, han ido perdiendo la cultura propia de los pueblos cazadores y recolectores, aunque la mayoría tiene arraigadas costumbres de vida con dependencia plena de la naturaleza y aún conservan elementos de su rica cosmovisión, su lengua y curaciones naturales, entre otras cosas.
En este mapa se representa la ubicación de la gran mayoría de las Comunidades Aborígenes de la República Argentina.
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